miércoles, 27 de agosto de 2008

Elfangor #1

Despues de que la tierra se agotara, se encontró un nuevo sistema solar, y centenares de nuevas Tierras fueron terraformadas y colonizadas. Los planetas centrales formaron la Alianza, y decidieron que todos los demás planetas debían unirse bajos sus normas. Huba desaveniencias sobre ese punto. Después de la Guerra, muchos de los Independentistas que lucharon y perdieron vagaron hasta los límites del sistema, lejos del control de la Alianza.

Tras varios años de supuesta paz en que la Alianza dominó el espacio con puño de hierro, un acontecimiento insólito hizo tambalear sus cimientos.

Una transmisión ilegal difundió por todo el sistema una grabación que demostraba que la Alianza era responsable de crear al mayor azote del universo. En un intento de erradicar la agresividad de los humanos, crearon un componente, el PAX, y lo probaron en una colonia. El resultado fue la muerte de la mayoría de la población, mientras que los supervivientes se vieron dominados por una ira ciega, transformados en seres que viajaban por el espacio asaltando naves y haciéndoles a sus ocupantes cosas inenarrables. Fueron llamados Reavers.

La Alianza aseguró que era un montaje, por supuesto. Hubo quien se lo creyó, incondicionales del sistema, pero muchos no se lo tragaron. La Alianza perdió así gran parte de su influencia. Seguían dominando el espacio gracias a su gran poder militar, y a que a mucha gente le gustaba la situación actual y no le importaban los errores del pasado. Incluso los había que les defendían, argumentando que lo habían hecho para traer la paz al mundo, aunque fuera obvio que lo que realmente querían era un mejor dominio de las masas.

Pero muchos no lo aceptaron. Las rutas comerciales se vieron cortadas, las colonias cerraron sus puertas y los piratas y contrabandistas recibían más encargos que nunca.

Mucho se ha especulado sobre quién emitió la onda y desde donde. Se descubrió que procedía del planeta del Sr. Universo, cuyo cuerpo fue encontrado asesinado, supuestamente por la Alianza cuando intentaban evitar la transmisión.

Sobre quien lo hizo... nada se ha confirmado, pero corren rumores sobre una nave tipo Firefly, una nave cuyo nombre evoca recuerdos en los combatientes de la Guerra, recuerdos de la mayor derrota de los Independentistas.

Serenity.

Tres años han pasado desde la difusión de la onda.

Me paseaba por el terreno de la empresa vendedora de naves. Quería comprarme una, estaba cansado de vivir en ese planetucho. Había pedido a un usurero de poca monta un prestamo que no tenía intenció de devolver, y esperaba que mi habilidad para estafar, a la que me gustaba llamar "don de gentes", me permitiera conseguir suficiente descuento en alguna nave pequeña, con la que buscarme algún trabajo de transporte, hasta que supiera y tuviera lo suficiente para comprarme una nave mayor y dedicarme al contrabando.

Sí, lo tenía todo muy pensado.

Que ingenuo era.

Como en el cuento de la lechera, hice un montón de planes antes de haber llegado al mercado. A diferencia de la pava esa, yo había vigilados las piedras del camino, para no tropezar. Pero no conté con que alguien saliera de un recodo del camino y me pusiera la zancadilla.

Había llegado al terreno de venta de naves, un enorme solar lleno de naves de segunda mano. Y de tercera, y de cuarta, hasta de séptima mano. Las naves buenas se vendían en tiendas especializadas de la Alianza, hasta ahí sólo llegaban las muy usadas.

Estaba paseándome, buscando al encargado, cuando oí unos gritos. Como soy un cotilla, me acerqué. Ahí estaba el encargado, intentando tranquilizar a una joven que vestían una larga gabardina marrón.

- ¡Le digo que no quiero esta nave!- gritaba la chica- ¡Yo quiero una Firefly!
- Pero oiga, le digo que de esas no tenemos. Esta es casi lo mismo y...
- ¡Que no! ¡Una Firefly!

Normalmente me habría quedado al margen, pero ese día estaba de buen humor y decidí intervenir.

Craso error, como me daría cuenta luego.

- Eh... disculpe- dije. La chica se giró con cara de querer morder a alguien. El vendedor, en cambio, me miró con extrañeza, preguntándose que querría-. Hay otra tienda de naves al otro lado del planeta. Ahí tienen un par de Fireflies- mentí. Lo de la tienda era cierto, la rivalidad entre ambas era conocida. Pero no sabía que naves había, sólo quería ver la reacción del vendedor.
- ¿En serio?- preguntó la chica, con los ojos brillantes- ¡Voy para allá!
- ¡Un momento!- dijo el vendedor. Bingo- No quería decirlo porque no está en muy buen estado, pero...
- ¿¡Dónde!?

Ya que estaba metido, les seguí.

Ahí estaba, encima de un montículo. Realmente parecía a punto de caer a trozos. Pero, a pesar de ello, tenía algo... alguna especie de carisma. No podría explicarlo, simplemente parecía estar pidiendo que alguien la llevara a surcar el espacio.

- ¡Me la quedo!- gritó la chica- ¿Cuánto es?

El vendedor se lo dijo.

- Nah, yo no diría tanto- repliqué-. Dados los precios del mercado actual, y considerando su estado, sería más o menos el 60% de lo que ha dicho.
- Pero...
- A no ser que quiera recibir una inspección de la Alianza respecto a los precios, claro.

El vendedor palideció.

- Es... está bien... Vosotros ganáis. Voy a preparar los papeles. Que el que tenga que ser el propietario venga en un rato a mi oficina- accedió al final, y se fue.
- Oye, por curiosidad, ¿por qué me has ayudado?- me preguntó la chica.
- Por varias razones- respondí-. Me aburría. Siempre es divertido medirse con un vendedor cabrón. Además, tiene que pasar un porcentaje de todo beneficio a la Alianza, y así ganan menos dinero.
- No te caen bien, ¿eh?
- Ya no lo hacían antes de la transmisión, ahora...
- ¿También has venido a comprarte una nave?
- Seh, pero más pequeña, no tenga tanto como para pagar esto.
- Bueno... ¿por qué no te unes a mi tripulación?
- ¿Uh?
- Sí, hombre. Necesito gente para la nave, y así tú te ahorras comprarte la tuya.
- Pues...- me lo pensé un momento. Quizá...- Pues no parece mala idea. Venga, va, me apunto.
- ¡Bien!- gritó, y me abrazó por la cintura. "Que efusiva", pensé en ese momento- Yo me llamo Mei, ¿y tú?
- Elfangor.
- Encantada. Ahora vuelvo, voy a por los papeles.

Mientras la miraba marcharse, pensaba en como irían las cosas. Estar de subordinado no sería mala idea. Podría seguir con mis trapicheos y, si la cosa se liaba, siempre podía salir por patas y dejarles el marrón a los de la nave. Y aún tendría el dinero del préstamo. Además, la chica no estaba mal de tipo, y no parecía tener muchas luces, quizá podría hacer otro tipo de trapicheos. Precisamente pensando en eso, y en lo raro que era que alguien te abrazara por la cintura, me di cuenta. Me eché la mano al bolsillo.

La tarjeta. Con el dinero.

En ese momento, ella volvía.

- Oye...
- Una suerte que hayas aparecido, no tenía bastante dinero- dijo, como si fuera lo más normal, lanzándome la tarjeta-. Y aún me ha sobrado un poco.
- Pero... me has robado...
- ¿No has dicho que querías ir en mi nave? Eso era el pasaje.
- Pero...
- Venga, va, no te quejes, sube, que veremos la nave por dentro.
- Mi dinero...

Sin ánimos para más quejas la seguí. Entramos por la parte posterior de la nave, directamente a la zona de carga.

- Síiii, es perfecta. Igual que las fotos que he visto de la Serenity.
- ¿La Serenity? ¿La que según dicen...?
- Sí, son los que emitieron el video, estoy segura. Uno de mis objetivos es encontrarles y ver si me dejan unirme a ellos.
- ¿Por qué iban a dejarte?
- Mi padre luchó junto a Malcolm Reynolds, el capitán de la Serenity, durante la guerra- ¡Sabía que me sonaba la gabardina que llevaba! Era como la que llevaban los Independentistas. De hecho, parecía bastante vieja. Seguramente sería de su padre-. Llevo escuchando historias de Reynolds desde cría, es una especie de ídolo para mí.

Llegamos al puente de mando.

- ¿Tú sabes pilotar?- me preguntó.
- Bueno... sabría despegar y aterrizar, pero no me pidas virguerías.
- Uhm... necesitamos a un piloto. Y un mecánico.
- Un médico también estaría bien.
- ¿Es que no sabes hacer nada?
- ¿Y tú qué?
- Yo soy la capitana. La capitana da órdenes. Punto.
- Bueno, creo que yo ya he pagado con creces mi pasaje, ¿no te parece?- dije, mirándola de reojo y dándole vueltas a mi vacía tarjeta entre las manos-. Aparte, tengo práctica con las armas. ¿Y tú?
- A mí se me da bien el revolver este- dijo, desenfundándolo. No me había fijado en él porque lo escondía la gabardina. Otra reliquia-. Mi padre me enseñó a usarlo desde pequeña, aunque a mí siempre se me dieron mejor los cuchillos.
- ¿Cocina?
- Dagas- respondió secamente, y de repente me encontré con algo afilado en el cuello.
- Eh... vale, te creo.

Con un movimiento de manos, la daga había desaparecido. No sé si la llevaba en la manga, o en alguna funda, la gabardina lo ocultaba.

- Bueno, hay que buscar gente que trabaje para mí. ¿Alguna idea de dónde empezar a buscar?
- Tengo un par de nombres en mente...

3 comentarios:

.... dijo...

Asi se hace joder xD

Unknown dijo...

no me digais que no queda bonito eh? y esperad a que esté el barner *_*

.... dijo...

Si ke mola si, ala, te toca poner xDDD