jueves, 31 de diciembre de 2009

31 de Diciembre

ATENCION: ME VOY A SALTAR LA LINEA CRONOLÓGICA CON TODA LA CARA. EL SIGUIENTE QUE SIGA DESPUÉS DEL DE ELF. POST A INSERTAR EN ALGÚN FUTURO.

TAM
¡Toc toc toc! -¡Tam!
¡Toc toc toc! -¡Tam!
¡Toc toc toc! -¡Tam!

Levanté la cabeza adormilada. Alguien aporreaba la puerta de mi cuarto a una hora indecente. No sé, como antes de las 11.
¡Toc toc toc! -¡Tam!
Resoplé y abrí. Nuestra acompañante, perfectamente vestida, maquillada y peinada me miró de arriba abajo: mi mugriento pijama, los pelos de loca, la cara de sueño.

-¿Te has planteado desmaquillarte antes de dormir?-comentó, como de pasada.
-Tenía sueño. Y ahora también. ¿Se puede saber qué quieres?
-¿No me invitas a pasar? Es un poco grosero hacer esperar a alguien en la puerta.

Entré, resoplando otra vez, y me tiré a la cama con un bostezo de leona. Kikyo se sentó finamente en el borde.

-¿Y bien?- la miré. Me caía bien, pero tengo mal despertar.
-Por si no te acuerdas en medio de tus frecuentes borracheras y siestas de estos días, mujer, hoy es el último día del año.
-Cierto. – me estiré.-Habrá que emborracharse otra vez.
-Estaba pensando en hacer algo diferente. Algo más… Glamouroso. No sé si me entiendes.
-Quizás yo no sea mucho de eso, pero se lo que significa.-fruncí el ceño.-¿Glamour? ¿Con nosotros? ¿Estás segura?
-La verdad es que no mucho. Por eso necesito tu ayuda. No podía maquinar esto sola.
-Me honras pero, ¿no podías empezar a maquinarlo después de comer?
-Por supuesto que no. Hay muchas cosa por hacer. Dúchate, vistete o ponte la ropa por encima del pijama, o lo que sea que hagas por las mañanas, y vamos.

Salió, y me dejó mirando la puerta con cara de tonta. Pero en realidad… podía ser divertido. Muchas posibles escenas pasaron por mi mente y sonreí, malvada; luego corrí a ducharme y vestirme.

Un rato después Kikyo me esperaba en cubierta. Íbamos a bajar a tierra: estábamos atracados en una pequeña ciudad, con poca seguridad y pocos problemas, pero gran fama por sus fiestas, bailes, tiendas, bares, y todo lo que quisieras de ese estilo. Ideal.

-¿Dónde vamos primero?
-Primero, las entradas. Somos seis. Ya se donde vamos a ir.
-Qué miedo.
La seguí por la ciudad, caminando y mirando de reojo los elegantes vestidos de los escaparates. ¿En serio?

Entramos en el lujosos vestíbulo de un hotel, con alfombra roja. Un recepcionista trajeado nos miró arqueando las cejas, hasta que reconoció a la acompañante.
-¡Señorita Kikyo! ¡Cuánto tiempo! ¿He de avisar a alguien?
-No, gracias, no se moleste, Tommy. Vengo a apuntarme en la lista para la celebración de esta noche.
-Qué honor que nos honre con su presencia… y dígame, ¿vendrá sola?-me miró de arriba abajo. Yo puse los ojos en blanco. Empezaba a estar harta de aquellas miraditas.
-No, apúnteme a mí y cinco amigos.
-¿Está segura, señorita? Usted sabe que el jefe… em…
-¿Duda de mí, Tom?-Kikyo lo miró amenazadora y arrogante. El hombre tragó saliva.
-No, por supuesto, protocolo, ya sabe, em…
Nos fuimos mientras el hombre se deshacía en disculpas.
-¿No pagamos?
-Hay sitios donde una acompañante no necesita pagar, joven padawan.
-Pues vaya jeta.
-Ahora toca una parte divertida: la ropa. Y para ti también.
Esta vez, la que tragó saliva fui yo.

KIKYO

Me lleve a Tam casi arrastrandola hacia una tienda de ropa que lucia varios modelos con volados en la vidriera, solo le faltaban luces y eran un anuncio de navidad andante, aunque yo tenia otros planes para Tam

-Estas segura que es aquí? No veo nada que pueda ponerme estando sobria…
-Ambas sabemos que no duraras mucho asi esta noche, ni yo tampoco- Dije sonriendo un poco mientras iba con la dueña del lugar
-Oh, señorita Kikyo, ha venido para al fiesta de fin de año, tengo varios modelos para que elija
-Yo no llevare ninguno, tengo uno ya preparado hace unos dias, la que va a comprar es ella-dije con una sonrisa mientras colocaba las manos sobre los hombros de Tam
-Ella? –La mujer miro a Tam con una mirada que queria decir “Jamas me atreveria a ponerle un vestido a una chica que parece que hace su comida con aceite de motor”
-Si, no veo que tenga nada de malo, ahora ve y traeme el vestido que me ofreciste hace dos años, tu sabes, ese azul

Dicho esto, la mujer se retira a la bodega.
-No ira a tener volados no? –Pregunta observando un vestido que se encontraba en vidriera, lleno de decoraciones y particularmente horrible.
-Bueno, eso no lo sabrás hasta que vuelva no?
En eso me dirijo hacia una zona que tenia los trajes para hombres, agarrando uno blanco, uno negro y uno marrón, todos bastantes sencillos
-Crees que todos tengan corbata?
-Um…. Como tener supongo que tienen pero lo que es buen estado… y ganas de usarla…
-Bah, no importa, ya nos encargaremos en el momento, además supongo que cuando sepan que hay comida gratis, bebida gratis, y varias mujeres faciles aceptaran ir –digo mientras agarro una camisa rojo oscuro, otra blanca y otra azul oscuro- Me pregunto si sabran combinarlo por si solos..
-Oh vamos, se que no hace mucho que estas en la nave pero puedes imaginar la respuesta fácilmente… NO
-De acuerdo… de acuerdo... –finalmente agarro los pantalones para que hagan juego y coloco todo con suavidad en el escritorio de la tienda,

-Aquí esta señorita Kikyo –Finalmente la empleada llego con un hermoso vetido azul Andalita, el cual se notaba quedaria bastante ajustado para Tam, no lo suficiente para ahogarla, pero si lo suficiente para que muestre todo lo que tiene.

Tam observaba el vestido con la boca abierta, al parecer agradecida de que no tuviese ninguna decoración rara, pero aterrada por pensar como le luciria

-Tambien traje este –comentó la mujer mostrando uno bastante parecido, solo que algo mas suelto y de color lila oscuro
-Ese estara bien, llevarte los dos
-Esperas que Mei se ponga… ¿eso?
-Mei sera muchas cosas, pero tambien es humana, le gustan las fiestas en las que no tiene que pagar, y si tiene que vestirse asi, lo soportara igual
-Bueno terminamos con esto –dije dejando dejando una bolsa de dinero en el mostrador, sabiendo exactamente cuanto iba a costar todo

La mujer llama a unos hombres que cargan todas las bolsas y acompañan a las mujeres a la nave, mientras Tam se preguntaba si era muy tarde para zafarse de esta

TAM
Volvimos a las naves cargadas de bolsas. Kikyo no había reparado demasiado en gastos, pagando con su tarjeta Visa Mercurio interplanetaria. Su respusta fue que “ya se lo cobraría” Allá ella.

Lender nos vio entrar.
-¿Qué llevais? ¿Regalos?
-Algo así, Lender, algo así. – le contesté.- Tranquilo, los verás pronto.
-Y más que eso. –mumuró Kikyo. Las dos nos reímos y Lender nos miró como si estuviéramos locas.
-Espéranos aquí en cubierta, vamos a llamar a los otros.

Al mirar el grupo que era nuestra tripulación me reasaltó la duda de si lo que pretendía Kikyo era posible. La acompañante empezó a hablar melosamente, suplicante o burlona cuando hacía falta, mencionando chicas, bebida, comida, gratuitidad y lo que hiciera falta. Las caras de mis amigos eran dignas de verse, pero nadia le llevó la contraria directamente. Encantos de acompañante, quien los pillara.

-En resumen, nos vamos de fiesta.-sonrió.-Y para empezar quiero que todos ustedes se den una buena ducha y se laven el pelo; luego mi asistente y yo les atenderemos camarote por camarote.
-Dos por uno, fiesta.-se burló Elf.
-Otra gilipollez así y te los cortó, Elfito.-amenacé.
-¿Tú y cuantas más?
-Niños!-la voz de kikyo restalló.-Nada de groserías. No quieren verme enfadada. Vamos, a las duchas por turnos.

Increíblemente, obedecieron. Yo ya me había duchado, así que sería la última en cambiarme. Fuimos dejando bolsas por cada habitación. Y fuimos oyendo exclamaciones de incredulidad.

-Primero los chicos. Vamos allá.- dijo Kikyo después de tomarnos un té en su lanzadera.

Encontramos a Drakar ya vestido, con la camisa por fuera y mirando la corbata sin entender nada. Kikyo se la arrebató y en un momento tenía hecho un precioso nudo. Le había tocado el traje marrón, con una camisa rojo oscuro/granate.

-Ponte la camisa por dentro.
-Pero…
-¡Vamos!
-La americana aquí en la silla hasta que te la pongas, que no se te arrugue. ¡No te estires la corbata, que se te estropea el nudo!

Mientras kikyo ladraba órdenes, me llené las manos de gomina y procedía a peinarlo un poco. Al acabar, Drakar no parecía nuestro francotirador favorito.

-Vaya, quizás puede funcionar.-dije sorprendida mientras lo miraba.
-Por supuesto. Es idea mía. Hecho, vamos a por el siguiente. Síguenos, Drakar, serás nuestro modelo.

Arrastrando un reticente Drakar, fuimos a por Lender. Más de lo mismo, con un traje negro y camisa blanca, muy clásico. Luego Elf, la joya de la corona en cuanto a chicos: Kikyo, sospecho que malvadamente, había elegido un traje blanco y una camisa azul marino. La cara de Elf al verlo fue un poema. Una vez vestido, partecía un rico ranchero tejano [Nota: recordad, creo que era algo así, a Nathan Ford en Leverage cuando hace de sureño propietario de caballos en un capítulo con un traje claro xD].

-¿Pero por que yo blanco?
-Eres el único con suficiente elegancia para llevarlo, Elfangor.-le aseguró Kikyo melosamente.
-Peroooo no quierooo….
-No seas niño.-le preprendió. De alguna manera logró que Elf se callara poniendo cara de enfado.
-¿Corbata?
-Yo no tengo de eso. Y no me gustan. Prefiero ir así.-Elf se miró y se desabrochó el primer botón de la camisa.-Mejor.-gruñó.

Kikyo puso los ojos en blanco, pero le dejó hacer, colocandole otra vez el pelo castaño medio largo. Luego observamos a nuestros tres chicos arreglados y oliendo a colonia.

-¡Perfecto!
-Impresionante.-admití.
-Vamos a por Mei, será duro.
Nos plantamos todos delante de su puerta.
-No quiero salir.
-Vamos, capitana, nosotros llevamos corbata, ¿entiendes? ¡Corbata! – le gritó Lender a través de la puerta. Tras ruegos, súplicas y múltiples razones abrió la puerta de golpe.
-Que conste que solo voy por que es gratis y habrá alcohol.-gruñó.
-Wow.-dije. Los chicos miraron con los ojos muy abiertos. Elf silbó, bajito, parando ante una mirada de odio de Mei.

El vestido lila la hacía parecer otra, junto al pelo peinado y brillante. Kikyo dio unas palmaditas y sacó su estuche de maquillaje.

-Tam, a cambiarte y luego vienes. Chicos, espérennos abajo. Mei, ven acá, vamos a acabar esto.

Fui a mi habitación corriendo. Revisé que no tuviera manchas de aceite en las manos, me quité el maquillaje negro de los ojos y, con miedo. me puse el vestido azul que Kikyo me había elegido. También malvadamente, pensé al mirarme: no solía llevar cosas tan ajustadas y se me hacía rarísimo. Me tambaleé un poco con el pequeño tacón de las sandalias. Caminé con cuidado a donde estaban las otras chicas, con algo de vergüenza. Kikyo puso la misma felicidad que al ver a Mei y acto seguido me maquilló en un minuto en tonos azul oscuro y negro.

-Guapísimas, chicas, como dos verdaderas acompañantes. –Mientras tanto ella ya se había puesto uno de sus lujosos vestidos, de un gris plateado no demasiado brillante para no pasarse de hoertera pero que llamaba la atención, sandalias negras con altísimo tacón y chal negro. Deslumbrante.- Vamos con nuestros chicos.

-Ahora entiendo por que no querías salir, capitana.-susurré y me escondí detrás de las dos. Estaba muerta de vergüenza.
-¿Esa es nuestra mecánico? ¿No va muy limpia?-Lender fue el primer en vernos y llamar la atención de los otros.
-Calla, capullo.-enrojecí.
-Uou, ¿seguro que no vamos a tener que habilitar la otra lanzadera para más pijas acompañantes?-se burló Elf, mirándonos a las tres. Drakar pasaba los ojos de una a otra, muy abiertos, sin atreverse a decir nada viendo la cara de Mei y la mía. Kikyo solo sonreía, en su elemento al sentirse blanco de las miradas.
-Bueno, bueno, chicos. La fiesta nos espera.

KIKYO
Conduje a mi manada de lobos disfrazados de lindas ovejitas a la fiesta. Mei y Tam se defendían bastante bien con los tacones. Elf ahora parecía totalmente a gusto, con una sonrisa sobrada y las manos en los bolsillos de su traje blanco.

Al entrar, todos miraron con asombro alrededor, aunque disimularon bastante bien. Gente rica con vestidos que valían como todos los nuestros juntos, comida en un delicioso pica pica, muchas copas de champagne dorado y burbujeante. Tomé una al pasar un camarero y les sonreí.
-Sírvanse, chicos. Voy a saludar.

Me alejé, un poco por saludar un poco por dejarles solos. A ver qué tal se comportaban. Mientras hablaba los miré moverse hacia la mesa. Ya casi parecían totalmente en su ambiente.

LENDER
-¡Joder, cuanta comida!-empecé a picar de todo lo que encontraba.
-¿Esto qué es?-Tam arrugó la nariz frente a una pasta de bolitas negras.
-Yo que se, tu come.-atrapé al vuelo dos copas de champañ y le alargué una a la capitana.-Señorita.-parpadeé inocentemente, pero casi me mata con los ojos, y Tam casi muere atragantada de la risa.
-No está mal, me gusta el material.-Elf miraba a la gente mientras se bebía un whisky, que no sabía de donde había sacado tan pronto.
-¿Estás calculando el dinero que tienen o mirando a las tías buenas?-le preguntó Drakar con la boca llena.
-Las dos cosas, solo faltaría.
-Elf es un buuitree- canturreé, y esquivé su colleja.
-¿Cuánto creéis que valdrán estas bandejas?-Mei miraba las bandejas de plata.
-¡Deja el trabajo por una vez, capi! Come, bebe, emborrachate y mira a chicos guapos, que estamos de fiesta- protestó Tam.-Además, eso no cabe en el bolso, tendremos que llevarnos cubiertos.
-Cuanta razón tienes, Tam.
-Casi pareces más lista ahora que eres pija. ¡Y casi pareces mujer!
-Que tu no tengas ojos y me confundieras con un chico la primera vez no es mi culpa.
-Claro que no, machote.
-Sois como niños.-Elf puso los ojos en blanco, todo mayor él.
-Aburriiiido.
-Sí, aburriElf totalmente.

KIKYO
Volví al cabo de un buen rato. Se habían apoderado de la barra y de una buena bandeja de comida.
-¡Kikyoooo la mejor acompañante del universooo!-Me gritó Tam mientras me acercaba.
-Uy uy, alguien no va sobrio ya, ¿eh?
-¿Es que lo está alguien?-intervino Drakar.-De hecho, creo que tú, acompañante. ¡Vamos, sírvete!
-¿Sabes, Kikyo? Tenías razón, realmente soy el único con elegancia para llevar este traje…-Elf se pavoneaba mirándose a él mismo.-¡Suit up!
-Cierto, todos borrachos. Tendré que igualarlos.-acabé mi Baileys y me bebí un ron de golpe, para ir subiendo el ritmo.-¡Vamos allá!

TAM
Un buen rato después, todos estábamos igual de cocidos.

-¿Cantamos, cantamos, cantamos algo?-tartamudeó Lender.- “Si en una noche oscura en un bazar…”
-¡Ho ho ho y una botella de ron!- lo interrumpió Mei.
-Chicos, os están mirando, dejad de llamar la atención.-gritó Drakar agitando los brazos. Ahora si que nos mirarían, seguro.
-Me voy a cazar a gente más interesante. Disculpadme.-Elf se alejó consiguiendo no tambalearse demasiado.
-Buitreee.-le grité
-Al menos no te ha buitreado a ti.-bromeó Lender.
-Naah, solo tiene ojos para M… ¡Auch! ¡Capitana! ¡Eso ha dolido!.-protesté y me froté la cabeza. Los otros se descojonaban.
-Vuelve a insinuar algo y verás lo que…

-Hola.-un chico extraño nos interrumpió y se dirigió a la capitana.-Me preguntaba si, ¿queires bailar?- Era muy guapo, rubio, tal y como le gustaban a Mei, y todos la pudimos ver sonrojarse. Nuestra fiera capitana, capaz de matar sin pestañear y maldecir como un buen pirata, sonrojándose. Qué bonito.

-Claro que quiere.- replicó Kikyo, empujándola a los brazos del pretendiente, que se la llevó sonriendo mientras elal balbuceaba. Empezaba a sonar una canción lenta y ver como el chico la cogía dirigiendo el baile nos hizo reírnos aún más.

-Esp… espero que no le pegue.-dije entre risas.
-Ay ay, tan valiente con las peleas y tan poco con los chicos.-Kikyo agitó la cabeza.- Tengo tanto que enseñarles, chicas.
-¿Podré escuchar?.- Lender.
-No. Ni acercarte.
-Owww.
-Mirad allí.
-¡Casi las 12! ¡Coged las uvas!
-¿De donde decís que es esta tradición?
-Un planeta lejano, de habitantes un poco bestias…

Elf volvió corriendo.

-Mierda, ya casi la tenía.
-Ya casi tenías una bofetada.
-Envidia.
-Bueno, Mei está…
¡PLAS!
-Hablando de bofetadas.-una enfadada Mei venía hacía nosotros hecha un torbellino lila, y detrás el rubio se frotaba una mejilla.
-¡Me ha dicho que las mujeres no sabemos de naves espaciales!-dijo hecha una furia.
-¿Puedo pegarle yo también?-pedí.
-Chicas, chicas, las uvas.-empezaron las campanadas.

1…¡uva!
2…¡uva!
3…¡uva! Lender empezó a toser, pero logró tragar sin morirse.
4…¡uva! Elf lamió la uva y le sonrió a una chica, que hizo un gesto que no sabía que conocína y usaban las chicas finas.
5…¡uva! Empecé a parecer un hamster e hice un esfuerzo por tragar.
6…¡uva!
7…¡uva! Sospecho que Mei no estaba masticando, con aquella velocidad.
8…¡uva!
9…¡uva! Kikyo era delicada hasta ese gran momento de estrés
10…¡uva!
11…¡uva! Drakar comía uva, bebía ron, comía uva, a velocidad de vértigo
12…¡uva!

Todos coreamos el mismo grito, Lender soplando un matasuegras después, Elf con un gorrito rojo y ridículo, Drakar y yo levantado las copas, Mei y Kikyo abrazándose, pero todos diciendo lo mismo:

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

Y con esto empatamos de posts al 2009.
By Kikyo & Tam

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Elfangor #7

Así que me tocaba hacer de canguro...

Ja.

Al final bajamos Tam, Drakar y yo. Lender no iba a dejar los mandos de la nave, nuestra nueva adquisición era demasiado... a tomar viento la educación, demasiado pija como para ir a comprar algo que no fuera perfumes y Mei... era más vaga que pa que, así que tampoco iba a acompañarnos.

Tras aterrizar la lanzadera y salir al exterior, corté la lista en dos partes, y le di una a Drakar.
-Ale, tú te encargas de comprar las piezas que ha pedido Lender. Y pilla también algún rifle de francotirador, o alguna arma de esas. Tú sabrás, eres el que sabe de armas. Pero nada de cañones, armas de mano. Tam, tu ve a por lo que necesites, que ya tendrás bastante con eso. Yo iré a por el resto, comida y chucherías.
- ¿No teniamos que ir juntos...? - empezó a preguntar Drakar.
- No me pagan para hacer de niñera.
- En realidad casi no nos pagan para nada- se quejó Tam.
- Exacto, ale, a cascarla. Y más os vale regatear tanto como podáis, que no estamos para tirar el dinero- dicho esto, me fui, mientras pensaba para mí mismo "con esta mierda de trabajos nunca conseguiré recuperar lo que me birló la zorra esta, dita sea".

Me fui paseando un poco, mirando precios por aquí y por allá. No es que hubiera mucho de nada, habiamos ido a un mercado apartado y con poca Alianza correteando, por si las moscas.

Localicé una armería. El tío al que le mangué la pistola (y la chaqueta, que molaba un rato) no llevaba mucha munición encima, tendría que procurarme un poco.

Iba a ser delicado. Desde que cabreé a un tipo de la Alianza que me revocaron mi permiso de armas.
Quizá no había sido buena idea tirarme a su hija. ¿Como iba yo a saber que lo era?
Bueno, en realidad sí lo sabía, precisamente por eso me la ligué.
Lo que quizá no fuera tan buena idea fue convencerla de hacerlo en la cama de su padre.
Aún así me parece que el tipo exageró. Que irascible es la gente.

- Buenassss. A ver... ¿tiene munición para esta pistola?- le pregunté al dependiente, sacando la pistola y poniéndola sobre la mesa.
- Seh. ¿Tienes el permiso de armas?- me dijo él. Demonios. Pero estaba preparado.
- Claro- dije, sin inmutarme, poniendo la mano en el bolsillo trasero de los pantalones. Abrí los ojos. Me busqué en el otro bolsillo. Luego en el resto, en la chaqueta, etc-. Mierda, me lo he dejado en la nave- dije, desconsolado. El dependiente levantó una ceja. Desconfianza, ya me lo esperaba. Cogí la pistola y la enfundé-. Bueno, que se le va a hacer. ¿Cónoce alguna buena armería cerca de la Zona C? Tengo la nave por ahí, sólo estoy de paso en este mercado.

Antes de bajar había mirado un mapa del planeta. La Zona C y ese mercado estaban bastante alejados el uno del otro. No lo suficiente como para que no fuera posible estar de paso, pero sí como fuera a hacer de nuevo el viaje sólo para comprar un poco de munición.

El dependiente también lo sabía. Y le gustaba el dinero.

- Nah, no hace falta, le veo cara de honrado- ¡JA!

Con el bolsillo lleno de balas para la pistola, me dispuse a hacer el resto de encargos. Comida y esas cosas. Fui haciendo viajes, cargando las cajas en la lanzadera. Podría haber dicho que nos lo llevaran, pero eso habría costado dinero.

Una vez terminados los encargos, situé una silla delante de la lanzadera y me apalanqué a observar el paisaje. AKA las tías que pasaran.

Vamos, como si no mirara nada. Mierda de sitio.

Tan tranquilo estaba yo esperando que volvieran, cuando de repente, de un par de calles de distancia, se oyó una explosión y se levantó una columna de humo. Me quité las gafas de sol que me había comprado por lo "cool" que me hacían parecer, y murmuré "oh, vamos, no me jodas que son..."

Realmente esperaba que no lo fueran, pero por si acaso metí la silla dentro de la lanzadera, fui a la cabina y empecé a calentar motores.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Lender #6

Ya en la nave tras cobrar el pago y que la joven acompañante se acomodase en su transbordador, la Capitana me pidio que nos pusiera en orbita, que nos ibamos a quedar alli unos días y que nos reabasteceriamos en el planeta antes de salir de alli hacia algun encargo o a buscar alguno.

Una vez en orbita, y tras acabar de apilar unas cajas con Drakar la Capitana nos llamo a todos.

- A ver, tenemos que hacernos con unas cuantas cosas -dijo- Esto es basicamente lo esencial, tanto para la nave como para nosotros- mostro una lista- ¿Alguien tiene algo mas que añadir? Porque estando como estan las cosas nose si podremos comprar material en bastante tiempo.

- Veo que Tam ha puesto en la lista ya piezas que se quemaron de mi espectacular fuga del planeta de mierda -dije- Pero me gustaria añadir un par mas, basicamente porque esas naves de la Alianza eran enormes, y aun asi casi nos pillan. Si queremos tener alguna opccion real cuando nos persigan sus naves rapidas, tenemos que hacer cambios ya. Al menos aumentar la refrigeracion para que aunque lleve todo al maximo, no se nos cortocircuite en medio del espacio y seamos un blanco facil para cualquiera.

- Cañones -dijo Drakar para varias- muchos cañones.

- ¡No vamos a poner cañones! ¿Como vamos a pasar desapercibidos con cañones? -grito Mei.

- Si tuvieramos cañones no tendriamos que pasar desapercibidos -murmuro Drakar.

Mei medito unos segundos.

- Bien bien, tu sabras Bocazas, mas te vale no gastar en balde tu parte -dijo.

- Esto... mi parte, no si yo creia que...

- Vale, decidido, tu sabras lo que necesitas asi que tu bajas seguro a hacer la compra. Elf, tu le haces de canguro -dijo pasandole la lista.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Kikyo #1

Me encontraba recorriendo Atrios llevando todo mi equipaje en una rudimentaria carretilla, luego de haber llegado gracias a una nave de transporte, la cual al parecer no dejarían volver a despegar por algún inconveniente con la Alianza. Lo que resultaba ser bastante molesto, ya que pensaba utilizarla como medio de transporte entre planetas para expandir mis contactos, después de todo estuve muchos años para llegar a ser una acompañante registrada. Y no solo una vulgar prostituta.
Es entonces que recorriendo las naves encuentro un viejo modelo Firefly con, oh sorpresa, un transbordador que podría usar aun si la nave principal no esta en condiciones. Caminando hacia ella noto que hay un joven sentado frente a la nave sin hacer demasiado, es decir paveando.
-Buenos días –dije con educación mientras hacia una leve reverencia.
-Ah... eh… buenos días… -El chico me miraba como si nunca hubiese visto a alguien con dinero y jabón.
-Mi nombre es Kikyo –le sonreí un poco mientras me le acercaba para apreciarle mejor- ¿Cuál es el tuyo?
-Len… Lender, estoy cuidando la nave en este momento.
-Veo que tienen dos transbordadores… tengo la intención de alquilar uno para poder expandir mi trabajo –Acaricio su mejilla con el dedo índice de la mano derecha- ¿Quieres alquilármela, Lender?
-Yo... no puedo, la capitana... –le costaba bastante poder continuar, por lo que me le quede mirando hasta que terminara-Ella es quien decide… -bajaba la mirada como si eso le causase mucha pena
-Bueno… el dinero no es problema, así que creo que ya estoy dentro –sonreí señalando mi equipaje-¿Puedes subir eso a la nave por mi? Es bastante pesado
-Por supuesto! –Dicho esto se levanto y comenzó a cargar con rapidez las cosas a la nave, para luego bajar quedándose detrás mío, mientras veíamos llegar a lo que debía ser la tripulación.

Luego de una breve charla con la capitana, y quedar en ridículo por haberme confundido de persona, Mei me acompaño al transbordador para observar su estado.
-Umm... no es la gran cosa si vamos al caso –mire a la mujer con calma- Una rebaja seria mas que aceptable
-Lo siento cariño, pero no rebajare ni una beri
-Vamos… un 20% no matara a nadie...
-20?!! Ni de coña!! Solo 5% -dijo haciéndose la ofendida, tenía un lenguaje corporal muy fácil de leer
-Bueno, entonces que sea el 30%
-30?.. Pero... no estas diciendolo en el sentido que debieras...
-Bueno, que sea el 40% entonces
-10% y es mi ultima oferta! –decía sin caer en el truco
-20% y quiero garantía por si no llegamos a los planetas que prometes
-15% con la garantía, y ya no subo mas
-Teniendo en cuenta que no hay otros compradores eso es una estafa…
-Somos estafadores profesionales, somos piratas, punto.
-Bien, como desees, pero quiero que ese chico que vino contigo limpie el transbordador cada semana, y después de cada trabajo
-Elf? Por eso tendrías que pagar más y todo
-Vamos… recorrí la nave un poco, veo que su servicio no es de primera –Sonreí mientras decía esto
-Sigue siendo un servicio… Bueno no importa, no le hará mal trabajar a ese. Trato hecho –luego de decir esto se retiro del transbordador dejándome sola allí.
-Veamos como termina todo esto… -Me decía a mi misma mientras salía del transbordador para recorrer la nave y conocer a la tripulación

Mei #6

El viaje hacía Atrios no fue demasiado movidito. Intentábamos pasar inadvertidos para la Alianza que casi nos pilla con la mercancía ilegal. Ja, ya quisiera yo haberles visto intentando dominar a la bestia que teníamos en la bodega de carga. Tam y Elf se turnaban para vigilarlo, que no mordiese demasiado las cuerdas y una apacible noche nos encontrásemos sus fauces demasiado cerca de nuestros rostros. Pese a eso, los camarotes se cerraban bien desde dentro cuando llegaba la hora de dormir. Drakar y Lender se encargaban de limpiar las cagadas del chucho y darle algo de comer, preferiblemente algo que no fuese ninguna parte del cuerpo humana…

Dos días después llegábamos al puerto en el lado oeste del mercado de Atrios, cansados, malhumorados y con ganas de librarnos del maldito animal. El perro, digo.

-Elf y Tam conmigo. Drakar, Lender, con el chucho. No pienso entregarlo hasta que no vea la pasta-bastantes sorpresitas de “mierda” había tenido ya con este trabajo.
-Nos ha llamado por nuestros nombres…debe de estar verdaderamente cabreada con este trabajo-susurró Tam, no sabía cuanta razón tenía.

Bajamos hasta las oficinas del intermediario que teníamos que ver, Chapman decía que se llamaba.
Nada más entrar nos recibieron en corro cinco matones armados y con cara de pocos amigos. Paletos. Uno de ellos gruñe algo.
-Venimos a ver a Chapman-contesto y vuelve a gruñir, seguro que con el chucho se entendería bien. Se hacen a un lado y nos dejan entrar en una pequeña sala. Tres de ellos nos siguen. Encontramos a Chapman sentado en una gran butaca. Pequeño, calvo, con un gran bigote que se perfilaba con el índice y pulgar de la mano izquierda mientras que con la derecha fumaba de una gran pipa. Menudo personajo.

-Así que esta es la gatita de Frank-dijo con una sonrisa asquerosa- Me han dicho que no me fie de tu apariencia aniñada.
-Soy buena en mi trabajo-contesté con una sonrisa que a Elf y Tam dejaron helados por lo inocente que parecía.
-Espero que mi … mercancía esté en buenas condiciones.
-Por eso no se preocupe, no se le ha caído ni un colmillo-y no sería por falta de ganas. El tipo aplaudió y se levantó de la butaca de piel. No levanta ni dos palmos del suelo, enano no es un eufemismo en su persona. Si casi es más grande el chucho que él. ¿Para qué lo querrá? ¿Lo usará de montura como si fuese un caballo? Ahogué una carcajada en una tos fingida.

-Bien bien,-me tiró una bolsa de créditos- su paga.
-Aquí hay menos de lo que se me prometió-dije solo sopesando la bolsa sin ni siquiera mirar dentro. El enano se quedó parado como si estuviese bromeando-No bromeo
-Veo que es cierto que es difícil engañarla, señorita
-Capitana-le corregí.
-Le daré el resto cuando vea la mercancía-Asentí.
-Drakar -llamé por el intercomunicador.- Tráelo.

La espera hasta que Lender llegó se produjo en un silencio incómodo y caras de pocos amigos. Yo mantenía un duelo de miradas con uno de los matones, estaba a punto de ganar, su sudor frío me decía que la vena de su frente estaba a punto de estallar. En ese momento llegó Drakar arrastrando a duras penas al chucho, o el chucho arrastrándolo a él, no se muy bien.

En cuanto el chucho vio a Chapman hizo algo que nos dejó de piedra a todos los que allí estábamos. Dio un ladrido la mar de…cuco, y se tumbó panza arriba ,con la lengua colgando y cuando Chapman le hizo cosquillas movió el rabo todo felicidad.

-Qué alegría, mi Godzilla ha vuelto por fin-y el chucho volvió a ladrar de esa manera que no le era nada propia.-El resto del dinero.

Me lanzó otra bolsa y me até las dos al cinturón tapándolas con la gabardina.

-Un placer trabajar para usted. Ya sabe donde localizarnos.-Y con breves saludos de cabeza nos fuimos de allí, dejando una estampa del todo insólita.

-De locos-espetó Tam cuando salimos.

Bromeábamos sobre lo ocurrido cuando llegamos a la nave. Y allí me encontré con una muchacha de larga cabellera morena,muy pulcramente vestida y un Lender babeando detrás.
-¿Lender?
-Imagino que usted es La Capitana de esta nave-saludó educadamente la muchacha. Yo alucinaba pepinillos.
-Aunque no lo parezca en realidad la Capitana es esta de aquí-corrigió Drakar, y es que ella se estaba dirigiendo a Tam que ya estaba por el suelo desternillándose de risa.
-Oh, mis más sinceras disculpas-se disculpó mientras se inclinaba-Este chico tan amable me ha dicho que podrían ofrecerme uno de sus transbordadores pero que tendría que hablar del pago con la Capitana. Realmente me sorprende que una chica tan joven sea la capitana de esta tripulación.
-Sí, bueno, jeje, verás-entonces caí-Un momento… ¿qué te alquile uno de los transbordadores?

El día terminó con un chucho menos y una pasajera más. Kikyo, una acompañante que no hace mucho ha salido de la academia y busca expandir horizontes. O eso dice ella. Me da lo mismo. El caso es que le he alquilado el transbordador por un precio altísimo pese al descuento del 15%, aunque en el trato Elf tendrá que limpiarle vez por semana, o cada vez que venga después de unos días de “trabajo”. No me parece mal el trato, gano algo de dinero por un trasto que apenas utilizamos y encima contamos con una acompañante, que siempre abre alguna que otra puerta.

Pues no, no ha sido improductivo el día, aunque habrá que limpiar las babas de más de uno si no queremos resbalar y rompernos la crisma.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Tam #6

Salí corriendo entre preocupada y aguantándome la risa. Llegué al cuarto donde estaban los plomos y bajé el de la habitación de la capi. Luego volví atrás.
La puerta por dentro se abría mediante recoocimiento de huella dactilar o código (que sabía poca gente aparte de la capi, asi que si entrabas a curiosear y se te cerraba la puerta te jodías hasta que volviera Mei, cosa bastante chunga.) Igual por fuera. Así, sin electricidad, sólo nos quedaba el método manual. De camino agarré mi manivela con encaje de llave Allen.

-Lo oigo gruñir.-anunció Lender sonriente.
-Si no quieres oírlo comer muy de cerca, Lender, cállate.
-¿Capitana? ¿Para que es esto?-Elf sujetaba su escoba y su pala con desconfianza.
-En un rato lo verás, de momento déjalo por ahí.

-¿Nudo corredizo, capitana?- Drakar manipulaba unas cuerdas bastante tochas.
-Sí, servirá. Tam, prepárate.

Encajé la manivela en su sitio. Sí que se le oía gruñir, sí. Alejé el cuerpo lo máximo posible de la puerta y esperé la orden. Drakar preparó el lazo cerca de la puerta. No me habría gustado estar dónde él.

-Abre un poco.-giré. El mecanismo, aunque algo oxidado, funcionó. Las puertas se abrieron un palmo pequeñito. Un morro peludo y con dientes, muchos dientes, asomó, con la lengua colgando.
-Brrr. - Lender le apuntó casi inconscientemente con el arma.
-Lo queremos vivo, Lender, ni se te ocurra.
-Si se me acerca le disparo, que no tenemos ni botiquín.

Drakar tragó saliva y acercó la cuerda. Abrí un palmo más. Sus ojos amarillos nos miraron con rabia desde la habitación oscura. Estaba armando un jaleo de cuidado, gruñendo y ladrando y haciendo ruidos de perro.
-Ahora, abre otro palmo y cierra medio. Como le pasen los hombros la liamos. - me ordenó Mei.

Respiré hondo, abrí un palmo grande, el bicho sacó su cabezota e intentó avanzar, cambié la dirección del movimiento y cerré. El animal retrocedió entre quejidos cuando algo le apretó los hombros, viendo que no podía avanzar, y se escurrió hacia dentro otra vez: se me había escapado.
-Tzao gao, Baby, afina más.
-Joder, esta mierda no es un instrumento de precisión exactamente...

Por suerte el bicho era tonto y volvió a asomar el morro. O tenía mucha hambre. Prefería pensar lo primero. Llamándole como a un cachorrito y acercando peligrosamente el palo de la escoba a la puerta, consiguieron enfadarlo bastante: tocaba intentarlo otra vez.

Abre. Sale. ¡Cierra! El animal volvió a retroceder entre quejidos, pero esta vez la puerta le había pillado bien en el cuello y no pudo escaparse. De hecho, creo que lo había asfixiado un poco. Seguramente habría logrado salir al cabo de un rato, pero Drakar le puso la cuerda y tiró del nudo.

-Hala, la mascotita ya tiene correa.-comenté.- Pero sigue teniendo dientes.

Y vaya dientes.

La capitana cogió otra cuerda más fina, y repitió el truco de Drakar en el hocico. No era muy definitivo, pero bastó para que entre Lender y Elf le ataran rápidamente las patas delanteras juntas antes de que se soltara, sin que les diera unos cariñosos besitos con marca. El perro cayó de morros desprovisto de dos de sus patas. Sujetaron las cuerdas como pudieron enrollandalas y atándolas al mismo bicho.

Abrí un palmo más y se repitió lo que se pudo con las otras patas antes de que huyera. El animalico parecía una salchicha, ahí todo enrollado con cuerdas, removiéndose como un diablo. La boca la tenía libre, pero por suerte no podía ponerse en pie, y todos sujetaban un extremo de las cuerdas para tirar y desequilibrarlo.

-Qué divertido. ¿Lo nombramos deporta tradcional de la nave?-gruñó Lender estirando para que no se levantara.
-Vamos a la bodega.

Nunca el camino hasta la bodega se nos había hecho tan largo. Arrastrando nuestro fardo y evitando los jodidos colmillos, lo llevamos hasta un rincón. No teníamos nada decente para hacer de jaula, asi que atamos las cuerdas que llevaba a distintos puntos de las asas de las paredes dispuestas para sujetar carga.

-Creo que nos denunciarán por maltrato animal.-dijo Elf acabando de asegurar la suya.
-Si llegan a denunciarnos por eso, antes nos habrán caído ya varios puros.-comenté, mirando el trabajo.
-¿Podrías ayudar, no?
-Y tú podrías ducharte y no te lo digo, Lender, querido.
-Zorra.
-Capullo.
-Bocazas, Baby, meteos vuestros insultos por agujeros oscuros. Esto ya está. Tam, ve a dar la luz otra vez.

Corrí a obedecer y luego a la habitación, justo cuando ellos llegaban. Mei abrió la puerta y gruñó.

-Esto está hecho una mierda y llena de pelo.-dijo recogiendo la escoba y la pala.-Eeelf, ¿sabes ya para qué quería la escobaa?
-¡Pero si los castigados eran Drakar y Lender!
-Oh, cierto, perdona, la costumbre... Aquí tenéis vuestro nuevo "deporte tradicional"- con una enorme sonrisa la capitana empujó a los dos chicos dentro de su cuarto.- Hala, a currar. Yo me voy al puente de mando a leer un rato y mirar que no pase nada.

Elf y yo, prudentemente, ya habíamos desaparecido.

martes, 15 de septiembre de 2009

Drakar #5

¿En plan pala? Me deje caer junto a una pared de la nave resoplando. La recogida podía haber sido peligrosa, pero había salido bien. Puede que fuera hasta divertida... no... espera... creo que el golpe había sido más fuerte de lo que había creído en un principio... esperaba que la tontería se me pasase pronto.

Meternos en las llamas fue una experiencia... ardiente. Habiamos dejado en la cabina del piloto un aroma similar al de unos vestuarios de un equipo de futbol americano después de un partido, pero al menos estábamos a salvo. ¿Cuanto duraría?
No tardé en responderme a mí mismo cuando Mei apareció preocupada seguida por Tam y me hizo un gesto para que las siguiera y me dio el asiento del piloto.
-Tíralo donde puedas -me dijo al ver mi cara de bobo.
Nos encontramos a Elf y a Lender discutiendo por algo y la capitana les interrumpio.
-Ey -dijo Mei llamando su atención. Si todos estamos aquí... ¿quién vigila al bicho?
Nos miramos lentamente comprobando incrédulos que, efectivamente, todos estábamos allí.
-Uuuuuups.
Corrimos a toda velocidad a la bodega de carga para encontrar las cuerdas del animal hechas trizas y un montón de cajas en completo desorden.
-Esto está patas arriba -dijo Tam.
-Sí... ¿cómo ha podido escapar sin destrozar nada? está exactamente igual que después de que Lender aterrizara -añadí.
-¡Oye! ya me gustaría verte a ti huyendo de esas naves en un planeta ardiendo -se quejó-. Así que encima no pongas pegas.
-Drakar, por quejarte y Lender, por desordenarlo, os toca dejarlo todo perfectamente ordenado por tamaño y contenido -dijo la capitana.
-Nunca ha estado así de ordenado -dijo Elf.
-Pues ahora lo estará, porque tú tambien ayudarás. ¿Tú tienes algo que decir? -preguntó mirando a Tam.
-¿Yo? No. Para nada -dijo haciendose la longui.
Lender y yo miramos a Elf y su cara de frustración divertidos cuando la capitana se volvió de nuevo.
-Os he visto. Elf, dales las gracias por liberarte del castigo -dijo de nuevo Mei antes de alejarse.
-¿Era un castigo? -murmuró Lender.
-Enchufado -refunfuñé yo.
-Es el favorito. Seguro que se traen algo raro -añadió Lender.
-Además vais a limpiar solos la nave entera durante el proximo mes, por dentro y por fuera, y toda la ropa que ha salido de este planeta -sentenció sin volverse.
-Mierda, nos ha oido.
-Dejaos de tonterías y ahora a buscar al bicho. No puede haberse escondido en muchos sitios, la nave no es tan grande.

Así que allí estábamos, recorriendo nuestra nave con cautela esperando encontrar tras cada esquina una mole de pelo, garras y dientes que no aparecía. Llevabamos suficiente tiempo en la nave como para conocerla bastante bien -no era tan grande-, pero en aquel momento, buscando a esa bestia, me parecía encontrar más rincones y pasillos de los que recordaba.
La capitana entonces se cansó.
-Seguid buscando vosotros, que yo me voy a echar una siesta -dijo mientras entraba a su habitación.
Aún no nos habíamos ido cuando salió de nuevo de su habitación.
-Que siesta más corta -dije.
-¿Se te ha olvidado algo? -preguntó Tam.
Haciendo caso omiso de su pregunta cerró la puerta silenciosamente.
-Drakar, ve a buscar las cuerdas más resistentes que veas. Si son cadenas mejor. Elf, ve a por una escoba y una pala. Tam, corta la electricidad de mi habitación. Lender, monta guardia y que no salga.
La pregunta sobraba, pero todos queríamos hacerla.
-Esto... ¿que no salga qué? -Lender se adelantó.
-Ese bicho está dormido en mi cama. Y como alguien haga una gracia al respecto va a servir de alimento para la mascota en su próxima comida ¿está claro?
-Sí, capitana -respondimos todos a la vez.

domingo, 30 de agosto de 2009

Elfangor #6

Tras conseguir reducir al perraco, lo único que nos faltaba era ser recogidos de la forma más basta posible mientras nos perseguía un ejército de la Alianza. Semanas de apatía, y ahora esto. Nos pasa por quejarnos de aburrimiento. Mira que tentar a los dioses de la ironía...

Mei se levantó y corrió hacia la cabina. Los demás la seguimos, tan rápido como nuestras piernas cubiertas de guano nos permitían. Ni de coña iba a limpiar yo luego eso.

Cuando entré, encontré frente a mí la imagen más perturbadora que había visto en mi vida.

Lender desnudo.

- ¡Argh! ¡Mis ojos! - grité.
- ¡Vale ya de gilipolleces, joder!- replicó Mr. culo-al-aire- Tenemos a la Alianza detrás, ¿cómo nos los sacamos de encima?
- ¿Saben quienes somos?- preguntó Mei.
- No, conseguí bloquear su sonda a tiempo. Aunque tampoco es que pudieran sacar mucho, somos nuevos en esto, no tenemos mucho historial.
- ¡Dejaos de cháchara, también los tenemos delante!- exclamé, al ver el resto de las naves por la ventana.
- ¿¡Por qué no les disparamos!?- preguntó Drakar.
- ¡Esto es una nave de transporte, no tiene armas!- contestó Tam. Me pregunté a mí mismo porque gritábamos todos, si estábamos de lado, pero tampoco era momento de pensar en eso.
- ¡Nos apuntan!- chilló Lender.
- ¡Da la vuelta! ¡Vuelve al planeta!- dije yo de repente.
- ¡Pero está en llamas!
- ¡Exacto! ¡No nos seguirán por allí! ¡No están lo suficientemente locos!
- ¿Y nosotros sí?- preguntó temblorósamente Drakar.

No vi a Tam, pero al menos Mei, Lender y yo lo miramos durante un segundo, y sonreimos tan maniacamente como pudimos.

- No debí preguntaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar.

Efectivamente, Lender bajó el volante, de forma que hicimos un giro de 180º sobre el estómago de la nave(suerte de la gravedad artificial, oye, o nos habríamos comido el techo), justo en el momento que una de las naves nos disparaba. El disparo pasó justo por donde habiamos estado nosotros hacía un segundo... justo para darle a la nave que nos había estado persiguiendo.

- ¡Eso sí es potra!- exclamó Tam.
- Toda va según mis planes- dijo Lender. En ese momento, otro disparo nos rozó por un lado-. Vale, eso no. ¡Agarraos!

Volvimos a entrar en el planeta. Directos a un mar de fuego. Oh, sí, la mejor idea que he tenido nunca. Joder.

Por suerte, o por desgracia, el aire estaba tan lleno de metano que el fuego llegaba hasta muy arriba. Nos metimos de lleno en las llamas.

- ¡Al norte! ¡Ve hacia el norte! ¡En las montañas no habrá fuego, y habrá cuevas donde esconder la nave!

Lender giró en la dirección indicada, mientras todos mirábamos alternativamente el radar y el termómetro de la nave. En el primero, las naves de la Alianza parecían estar cada vez más lejos, aunque aún podrían vernos si saliamos(efectivamente, no estaban tan locos para meterse ahí). En el segundo, los números iban subiendo cada vez más rápido. Si no nos dábamos prisa, se sobrecalentaría el motor y petaría todo. Todos empezamos a sudar mientras el aire mismo empezaba a hervir.

Lo conseguimos por poco. Salimos del fuego fuera de la vista de la Alianza, pero tendriamos que detenernos para refrescar la nave y arreglar posibles desperfectos. Mientras Lender buscaba un buen lugar, yo fui a cambiarme.

Al rato, encontramos un buen lugar, a cubierto para que no pudieran vernos si nos sobrevolaban. Lender se levantó de su sitio y volvió a su habitación. Al momento salió hecho una furia.

- ¡Elf!- gritó, agitando unos pantalones y unas botas llenas de mierda- ¿¡Qué es esto!?
- ¿Mmm?- contesté yo, mietras me ajustaba unos pantalones que me iban algo cortos y unas botas que me iban un poco ajustadas, pero que al menos estaba todo limpio- ¿No te dije que te la guardaba?- sonreí.
- Serás...

- Ey- dijo Mei en ese momento, seguida por Tam y Drakar, que llevaba en la mano el cojín del asiento del piloto-. Si todos estamos aquí... ¿quién vigila al bicho?
- Uuuuuups.

jueves, 20 de agosto de 2009

Lender #5

Una vez termine el primero de mis comics, lei otro mas, y otro, eran reliquias, muy dificiles de conseguir, realmente no entendia como habian podido durar tanto. Enfin, aprovechando que tenia toda la nave para mi, y suponiendo que aun tardarian lo suyo en atravesar todo un planeta de mierda decidi darme un refrescante y reparadora ducha.

Sali de alli y fui hacia la cabina para continuar con mi laborioso trabajo de leer comics

Al entrar en la cabina se me cayo al suelo la toalla.

Solo veia naves de la Alianza por el cristal, decenas de botones parpadeaban y habia varias trasmisiones entrenantes.

Reproduci la que actualmente estaban emitiendo:

- "...repetimos por ultima vez, baje el campo y preprarense para el abordeja, estan en zona restingida."

Oh mierda... ¿Que cojones hacia toda esa Alianza alli? ¿Tendria algo que ver con nuestro trabajo?

Pulse el comunicador
- "Aqui... esto... Aqui yo (Mierda, no podia decir los datos de la nave ni nada o iriamos jodidos). Ahora mismo nos disponemos para dejarnos abordar, estabamos atendiendo a un tripulante enfermo, disculpen la espera"

Vale. Con calma Lender, con mucha calma, todo va a salir bien.

Cogi el comunicador.

- Capi, hay un problema -dije con voz preocupada.
- ¿Qué ocurre?
- La alianza. Un montón de naves de la alianza.

Oi un ruido, y la Capitana no contesto, supongo que tendrian sus problemas. Genial.

Rapidamente calcule la distancia hacia el planeta, y mire la posicion de las naves, habria cerca de 6 o 7, y al menos 3 de ellas tenian sus armas listas para apuntarme. Hice lo que debia, me abroche el cinturon y rece.

La nave se apago, se pago por completo. Y empece a caer hacia el planeta a una velocidad increible por la fuerza gravitatoria ya que aun no estaba demasiado alejado como para que me afectase levemente.

Las naves de la Alianza tardaron un par de segundos en darse cuenta de lo que sucedia, en esos segundos yo descendi hacia el planeta infinidad de metros,siendo sujeto gracias al cinturon mientras gritaba como un loco.

Las naves empezaron a disparar y a reajustar su trayectoria para seguirme.

Yo seguia cayendo en picado y sin control, fui encendiedo los motores y todo, pero le iba a llevar segundos, lamentablmente era lo que no tenia porque ya los tenia detras de mi y bajaban mucho mas rapido. Uno de ellos logro alcanzarme, al otro lo eludi girando la nave con la inercia de la caida.

Por suerte, se encendio todo mas rapido de lo esperado y pude enderezar la nave antes de estrellarme contra el suelo de mierda del planeta y crear una explosion en cadena que poco a poco consumiria el planeta asi que alce el vuelo alejandome del suelo.

La nave que me seguia de cerca habia disparadoy sus armas golpearon el suelo mierdoso y gaseoso del planeta.

Una nuve de fuego exploto hacia arriba, esa nave estaba perdida, ahora todo la mierda empezo a arder y a explosionar. Me seguia los talones una jodida nave de la alianza y una jodida explosion de mierda.

- Bocazas, trabajo realizado. Ven a buscarnos- oi.

-¡De hecho ya voy para allá!-grite histérico por el intercomunicador-¡Y no creo que pueda parar mucho tiempo! ¡Así que será mejor que estéis en lo alto de la nave esa para que…bueno…para que os pueda recoger en plan “pala”! ¡Y yo ya estoy viendo la nave!

Alli estaban encima de la nave con lo que parecia la nueva mascota del equipo. Yo ya iba con las compuertsa abiertas, asi que, sin reducir velocidad, los cargue, cerre la compuerta y empece a subir hacia las estrellas de nuevo, la nave de la Alianza que me pisaba los talones hacia exactamente lo mismo que yo, y era casi seguro que el resto de naves en orbita no me lo iban a poner nada nada facil.

Todo lo que mi vista alcanzaba del planeta eran ahora llames y explosiones sin control.

Debia oler a muertos.

Mei entro en la cabia corriendo.

- ¡Por dios! -grito al verme desnudo.

- ¡Os estoy salvando el culo asi que no te quejes de que lleve el mio al aire! -grite.

jueves, 16 de julio de 2009

Mei #5

El tiempo apremiaba y no podíamos quedarnos como pasmarotes mirando ese bicho-perro-lobo. Señalé al nuevo:
-Tú vas a hacer de cebo-palideció-y mientras la bestia está entretenida pensando que parte de tu blandito cuerpo se va a comer, nosotros lo rodeamos y lo inmovilizamos
-¿Por qué yo?-gritó histérico
-Por ser el nuevo-zanjé, los demás estuvieron bastante conformes con la decisión. Señalé a Elf y ahora fue él el que palideció-Coge algo que podamos usar de bozal. Y si te preguntas ¿Por qué tú? Porque Tam es la mecánica y necesita las dos manos para que mi nave funcione. -Tam mostró su más amplia sonrisa angelical.

Una vez todos estuvimos mentalizados y preparados le di un empujón al nuevo que lloriqueaba y rezaba algo incoherente entre dientes. Curioso porque el perro nos mostraba los suyos, y eran muy grandes, y tenía muchos.

Nos acercamos primero poco a poco, Tam y yo por los costados, Elf detrás del tirador. Drakar lo fue cegando con la linterna para tener alguna oportunidad de que Elf le pusiese el bozal. Contamos hasta tres y saltamos sobre él.
El perro se retorcía y lanzaba dentelladas por todos lados. Drakar intentaba sujetarle el cuello mientras Elf le amarraba un trozo de tela al hocico.
Gritamos, nos retorcimos y creo que hasta alguno dio una dentellada al perro. Aún con el telar en el hocico el bicho no dejó de retorcerse y forcejear, así que le di un golpe detrás de las orejas con la culata de la pistola y quedó medio atontado.

-¿Veis? No era tan difícil-resoplé tirada en el suelo. Ninguno tenía buen aspecto así que creí conveniente llamar a Lender lo antes posible para que nos sacara de allí antes de que el chucho volviese a la vida.- Bocazas, trabajo realizado. Ven a buscarnos

-¡De hecho ya voy para allá!-nos gritó histérico por el intercomunicador-¡Y no creo que pueda parar mucho tiempo! ¡Así que será mejor que estéis en lo alto de la nave esa para que…bueno…para que os pueda recoger en plan “pala”! ¡Y yo ya estoy viendo la nave!

Corrimos lo más que pudimos con el chucho entre Elf y Drakar hacía lo alto de la nave, intentando no resbalar y caer en ese mar de mierda.
-¿¡Cómo que nos va a recoger en plan…oh, mierda-Tam vio el modus operandi de nuestro piloto y no le gustó nada, según la retahíla de insultos que empezó a gritar hacía su persona.
-¡Venga! No puede ser peor que intentar amordazar a esta bestia-dijo Drakar todo optimismo.

Lender se acercaba a toda velocidad con la rampa de la bodega de carga abierta. Ahora entendimos como nos iba a recoger como si fuese una pala. Lo que no nos esperábamos es que hubiese una nave de la alianza en su culo y encima disparando. Nos preparamos para saltar en el momento justo y no nos rompiese la espalda, porque aquel maldito psicótico no disminuía la velocidad.
-Vamos a morir todos-susurró Drakar fuera ya de todo optimismo.

Logramos subir casi sin matarnos, pero la cosa no terminaba ahí. Teníamos que salir a toda leche de aquel planeta y de los radares de la alianza con una nave disparándonos sin piedad.

domingo, 28 de junio de 2009

Tam #5

Y allí estábamos, a oscuras en la puta nave con todo apestando a mierda, y a contrareloj.
-Ya nos ocuparemos de esa visita de la Alianza luego. Ahora vamos a lo nuestro.-dijo la capitana sacando su linterna.

Los demás la imitamos y empezamos a recorrer la habitación con los haces de luz. Estábamos tensos y con el gatillo flojo, después del susto del bicho aquel. Así que todos metimos un bote cuando un ruido metálico y un gruñido sonó al fondo, y lo iluminamos los tres a la vez.

Los ojos brillaron a la luz. Sus colmillos, también. Muchos colmillos. Los descubrió aun mas mientras nos gruñía siniestramente. Por suerte, también brilló la cadena que lo sujetaba a una anilla de la pared de la nave, antes de que nos cagasemos encima o saliéramos corriendo.

-¿Hemos dicho ya muchas veces "mierda" como para repetirlo?- comentó Elf como casualmente.
-Estaba entre eso y un "mecagoenlaputa".-le repliqué.
-Pues tengo algo que deciros. Miradle el cuello.-Mei apuntó su linterna. Entre los pelajos guarros del lobo-oso-monstruo de mierda se veía claramente un collar con el símbolo de la Alianza.-Me temo que eso es nuestra... mercancía.
-Me están entrando ganas de llorar.-se quejó Drakar. Levantó su arma.-¿Puedo?

La capitana negó con la cabeza.-Vivo.-dijo escuetamente. Todos nos quejamos a coro. El monstruito gruñó otra vez y embistió contra nosotros, tensando la cadena. Dimos un paso atrás involuntariamente, pero estaba bien sujeto.

-Claro, quien no ha hecho un cursillo de noquear fiera salvajes, por favor.
-¿Crees que si se lo pedimos amablemente...?
-¿Por qué no se meten su puto trabajo por el culo y nos largamos a seguir muriéndonos de asco en la nave?

La capi nos apuntó uno a uno con la linterna, cegándonos.-Sois una panda de lloricas. No, si la cosa es quejarse. Pues tenemos un trabajo y vamos a llevarnos al puto bicho, asi que id intentando usar el cerebro, antes de que os sirva como pienso al perrito.

Algo avergonzados, nos acercamos a mirar al "perrito" lo que el radio de la cadena nos permitia sin perder una mano. Era una cadena gruesa, nada oxidada: no asi la argolla de la pared, que parecía algo más frágil. El bichaco media como un lobo muy muy grande y parecía tener hambre. Y estar algo loco. Claro, que si yo viviera encadenado sin comida en un montón de mierda quizás también lo estaria. Algún esqueleto de rata mostraban que no era buena idea acercarse mucho.

-¿Y si... le pegamos en la cabeza?-titubeó Drakar.
-¿Y si nos lo llevamos de la correa a pasear?-dije sarcásticamente, por lo bajinis.
-Yo veo pocas opciones.-Elf puso su tono pedante de "soy mejor que vosotros".- O intentar noquearlo pegándole, o algún somnífero/sedante que no se si tenemos y dudo que Lender pueda bajar a traernoslo...
-¿Qué tal...-dudé - si le hacemos sangrar?-todos me miraron.-Si, joder. Cuand pierdes sangre te desmayas, y el chucho ya parece que está muy débil. Claro, que quizas nos lo cargamos. Y yo no pienso hacerle una transufsión a esa cosa.

Todos nos callamos intentando encontrar más ideas. Pegarle, intentar conseguir un sedante, meterle un tiro y un bozal cuando dejara de removerse... jodido estaba el temita.

-Busca busca, la pelota, vamos Pluto.-murmuré.

sábado, 28 de marzo de 2009

Drakar #4

Aquella nave tenía más cajas de las que podía haber visto en toda mi vida. Una nave de carga de la que teníamos que recoger "algo" llena de un montón de "algos" en un planeta llena de otro "algo" nada agradable...

-Me cago en... -empecé a decir.
-Hazlo si quieres. No notaremos el cambio -contestó Elf.
-Al menos la nave está limpia -comentó Tam.
En ese momento todos recorrimos con la mirada la nave, en la que no eramos capaces de distinguir el color del suelo gracias a la fina capa de... lo que fuera.
-Bueno... más limpia que el exterior -añadió.

Basta ya de cháchara -dijo la capitana-. Ya estais abriendo todas esas cajas a ver lo que hay dentro y veremos qué cosas importantes hay para llevarnoslas.
-¿Todas? ¿tú te das cuenta de cuantas hay? -se quejó Tam pegandole una patada a una de las cajas, que comenzó a gruñir y moverse con violencia.
Todos nos quedamos en silencio mientras la caja se sacudía cada vez con más violencia hasta que uno de los lados cayó dejando ver un animal parecido a un perro del tamaño de una moto que saltó justo a tiempo para recibir un certero disparo de la capitana en el aire.
-Bueno, ya hay una abierta. Abridlas todas.
Nos miramos mientras desenfundábamos las armas para disponernos a abrir las cajas cuando Lender llamó a Mei.

-Capi, hay un problema -dijo con voz preocupada.
-¿Qué ocurre?
-La alianza. Un montón de naves de la alianza.
Mei abrió la boca para responder cuando se apagaron todas las luces de aquella nave.
-Vaya mierda de nave -me quejé.
-Vaya mierda de planeta -dijo Tam.
-Vaya mierda de trabajo -dijo Elf.

jueves, 26 de marzo de 2009

Elfangor #5

Tras días y días y días... y días y días y días... y quizá algunos días más, de aburrimiento, por fin tenemos un trabajo. ¿Y qué es lo que sale? Un trabajo de MIERDA. Y esta expresión es un jodido eufemismo. Un trabajo en un estercolero. Y no me refiero a uno de esos barrios bajos llenos de la escoria de la sociedad, no... ¡a un jodido estercolero! ¡Lleno de mierda! ¡Mierda pura! ¡Excrementos, caca, guano, boñiga, heces, defecaciones, pura mierda! Mieeeeeeeeeeeeeerda. ¿He dicho ya mierda? Mierda.

Tenemos que atravesar un océano de mierda, hasta llegar a una nave estrellada(su puta madre, ¿a quién se le ocurre estrellarse ahí? ¡Estréllate contra una jodida montaña, ostias! Morir es mejor que aterrizar en mierda, digo yo), porque la señorita capitana no quiere que se le ensucie la nave. Nos ha salido delicada la jodía. Aunque en parte mejor, seguramente me tocaría a mi limpiarle los bajos a la carcasa esa.

- Ey, tú- le digo a Lender-. ¿Me prestas unos pantalones?
- ¿Por? ¿No tienes?
- Sí, pero no quiero tener que meterlos "ahí".
- Que te den.
- Ey, ¿por qué te quejas? Tú eres el capullo que va a quedarse aquí vigilando la nave.
- Ah, haber aprendido a pilotar.
- Sé pilotar.
- Hacer que la capitana casi se rompa la crisma y casi estrellar la nave no es saber pilotar.
- Te lo ha contado, ¿eh? No, en serio, los pantalones...
- Te jodes.
- Esta te la guardo.

Total, que nos bajamos de la nave. Mierda hasta las rodillas. Me cago en...

- Despega mi nave ahora mismo y mantente en orbita y alerta por si te necesitamos,no quiero que mi nave pase en este planeta ni un segundo mas del necesario- le dice Mei a Lender por el intercomunicador. La nave se aleja. Y se aleja. Y se aleja. Hijo de, se ha puesto en órbita de verdad, este va a tardar media hora en venirnos a buscar. Como haya algún problema... Bueno, siempre puedo usar a esta peña de escudos.
- ... Oye, ¿y por que no íbamos con la nave hasta la lanzadera estrellada, y bajábamos con cuerdas? Al menos no tendriamos que andar hasta allí.
- ... ¿No podrías haberlo dicho antes?
- ... En realidad, me apetecía verte rodeada de mierda- respondo, con una sonrisa.
- ¡Serás...!- Mei se acerca a mí, pero entre Tam y Drakar la sujetan.
- Espera capitana, mejor no hagas movimientos bruscos, a ver si vas a resbalar y caer de morros en... esto- dice Drakar.
- Oh, vamos, no se lo digas, es lo que estaba esperando.
- Grmf, está bien, mejor será que vayamos tirando antes de que muramos asfixiados- concluye Mei, girándose y empezando a andar.
- Oh, y vendimos las cuerdas para comprar comida, así que tampoco podríamos haberlo hecho.
- ¡Que te calles y andes!

Un poco más animado, empecé a andar detrás de ellos. Prefería no perder de vista a Drakar. Puede que ya no le tuvieramos encerrado, pero seguía sin fiarme un pelo de él. El viaje se nos hace largo, así que ocurre lo que tiene que ocurrir...

- Este trabajo me HUELE MAL...- comenta Tam.
- Sep, nada bueno puede venir de un MIERDAS como Frank- siguió Drakar.
- Cierto, siempre acabamos PRINGADOS con sus trabajos- continuo.

Mei se gira de repente y me apunta con su pistola. ¿Por qué a mí y a no a los otros dos? Esto me parece injusto.

- ¡Que os calléis de una maldita vez! ¡U os mataré y dejaré vuestros cadáveres aquí! No creo que nadie venga a buscaros.
- Mejor espera a que hayamos vaciado la lanzadera. Te costará hacerlo sola. Mira, ya hemos llegado- digo, señalando tras de ella.
- ¿Qué? ¡Oh, perfecto! A ver si acabamos ya con esto- enfunda el arma y se pone a andar con renovadas energías. Salpicando a su alrededor. Argh.

- ¿Crees que lo habría hecho?- me pregunta Tam.
- ¿El qué? ¿Matarnos? Probablemente- contesto, encogiéndome de hombros-. Tú procura distraerla con algo que despierte su avaricia, y se olvidará.
- ¿Funciona?
- El 100% de las veces que lo he intentado.
- ¿Cuantas veces lo has intentado?
- ¿Contando esta? Una.
- Estás loco.
- Dijo la que está caminando por un mar de mierda.

Conversaciones estúpidas para olvidar que paseábamos por eso que no llamaré ni sitio. Porque era el jodido infierno. El infierno de la peste. Por fin llegamos al lado de la lanzadera.

- ¿Y cómo la abrimos?- pregunta Drakar- ¿Le damos con el soplete?
- ¿En un mar de putrefacción? Se inflamaría el metano y moriríamos todos fijo- contesto.
- No sé yo...- murmura Mei- Pero mejor no comprobarlo. Trae la palanca.
- ¡Ey!- nos avisa Tam- Que la puerta está abierta.
- ... Tendrían prisa por salir de aquí los pilotos- comenta Drakar.
- Oh, vaya, me pregunto por qué. En fin, que tenemos que coger.
- No sé, Frank no me lo ha dicho. Entremos a ver que hay en la bodega.
- Esperemos que algo pequeño. Sin la mula, no sé como nos lo llevaremos todo si hay cajas pesadas...

Dicho esto, nos introducimos en la nave. Con la puerta abierta, el pestazo se había metido dentro, así que ni ahí podriamos quitarnos las máscaras. Me fui para un lado, hasta que encontré el cuadro de comandos de la bodega. Encendí las luces.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Lender #4

Los demas, bajaron de la nave en cuanto la puse poner en una zona suficiemente limpia... Lo cual queria decir que estaba total y absolutamente llena de mierda. Un planeta vertedero, es mas, un planeta abono, como los llaman ahora, planetas demasiado pequeños y sin suficientes recursos como para ser rentable la vida humana, por lo cual mandan a pobres ilusos a trabajar todo un planeta, abonandolo con... bueno, con mierda pura.

- Y luego dicen que la superpoblacion galactica iba a suponer un problema -murmure.

Por las camaras vi como habian bajado todos.

- ¿Bocazas, me oyes?

- Si, Capitana.

- Bien, pues despega mi nave ahora mismo y mantente en orbita y alerta por si te necesitamos,no quiero que mi nave pase en este planeta ni un segundo mas del necesario.

- Recibido.

Cogi los controles, prepare todo y volvi a subir al espacio exterior, una vez en orbita, puse el piloto automatico para ajustarse a la orbita planetaria, saque un comic y me puse a leer.

martes, 17 de marzo de 2009

Mei #4

Me desperté sobresaltada bañada en un sudor frío pese a la temperatura estable de la nave. Solté una maldición y me senté en mi litera. Asco de tiempo sin trabajo que me hace soñar cosas extrañas. Puñetera crisis mercante ilegal. Me asee y cambié de camisa, en el espejo del aseo miré con recelo el reflejo de la pantalla de comunicación. Llevaba días apagada. Desde el último trabajito sin riesgo, gloria y elegancia, que Frank nos había conseguido todo estaba en calma. En una jodida y aburrida calma que me escamaba más que si nos estuvieran disparando por todos lados. Como siguiésemos mucho tiempo así me volvería aún más loca y desquiciada de lo que creía estarlo ya.


-Chou ma niao…- empecé a maldecir a esa bola de sebo que tengo por contacto cuando la pantalla se iluminó y vi la cara somnolienta de Bocazas.

-Cap, tienes una onda

-Pásamela-y me terminé de abrochar los botones de la camisa mientras me recordaba a mí misma que si quieres que alguien te responda, maldícelo primero. El gordo seboso apareció en la pantalla.

-Mei, ¿cómo va mi mercenaria favorita?

-Ahórrate las formalidades. Trabajo.-Le espeté.-No estoy de humor.

-Muy bien, muy bien. Algo sencillito. Verás…


-…Mientras repartían provisiones por esa región apartada de la mano de…alguien, uno de los transbordadores de la Alianza se fue en picado. Los pilotos lograron salir más o menos indemnes, pero no se quedaron para recoger la carga. Y ya que el pueblo está lleno de paletos, ni ellos han sentido la mera curiosidad de ir a por ella. Así que tenemos que ir a por la carga y llevarla a Atrios antes de que la Alianza nos intercepte.-Me encontraba en la sala común, todos allí escuchaban expectantes las noticias sobre un nuevo trabajito. Demasiados días sin hacer nada incluso para esta panda de holgazanes.


-Es demasiado bonito para ser verdad-puntualizó Drakar. Me reservé el último dato para que no me lincharan a mí, pues ya me encargaría yo de linchar a Frank. Puse una sonrisa de “aquí no pasa nada” y añadí:

-No empecéis a buscarle los tres pies al gato. Es esto o volver a no hacer nada, y las provisiones empiezan a decir: “nos vamos”. Así que preparaos, llegaremos a esa luna en un par de horas.


Con suspiros de “por fín algo que hacer” y cosas por el estilo, mezclados con sospechas de “parece demasiado fácil” cada uno fue ocupando sus puestos y preparando la Mula para el terreno.


-¡Capitana!-escuché a Lender llamarme, acabábamos de entrar en la atmósfera. Me dirigí al puente y por el camino les espeté a los demás que preparasen pañuelos para taparse el rostro, saldríamos enseguida. Una vez en la cabina, el Bocazas me miró con una cara entre sorpresa, indignación y escepticismo. -¿Estará de coña, no?

Me señaló las coordenadas de la mercancía en la pantalla, y luego señaló por encima de los mandos para que mirara a través del cristal. Yo negué lentamente con la cabeza.

-Aterriza donde…buenamente puedas.-le dije con unas palmaditas en el hombro.

-Prefiero volver a no hacer nada-se quejó mientras obedecía.


-Pf, huele a mierda, quien se ha…-Tam no pudo terminar la frase, bajé la puerta de la nave y allí estaba el paisaje más asqueroso que había visto en mucho tiempo.


-¡Oh, dios mío!-coreamos todos. Ante nosotros se extendía un paraje lleno de estiércol y lodo que desprendía un olor nauseabundo.


-Ale, a ponerse los pañuelos en la cara y andando. Según la señal, la carga tiene que estar a un kilómetro en dirección…sur-espeté quitándome la gabardina y poniéndome un pañuelo cubriéndome la nariz y la mitad del rostro. Las quejas de todo el mundo empezaron a sonar a coro. –Chicos, trabajo es trabajo. Bien es cierto que este es poco glamuroso, pero tenemos que comer. Y yo prefiero hacerlo en mi nave a hacerlo en una prisión de la Alianza, que os recuerdo puede interceptarnos cuanto más tiempo pasemos por aquí.


-¿Pero por qué no vamos con la nave?-lloriqueó Drakar

-Porque no puede acceder a la carga, y este es el lugar más limpio que hemos encontrado para que la nave no se llene de mierda.

-¿Y por qué no utilizamos la mula?-le siguió Elf

-Porque la mula no puede sobrevolar por este terreno.

-¿Y por qué vamos nosotros?-terminó Tam

-Baby… porque aún no he podido matar a Frank. Moveos.


Y con fuerza y voluntad di un paso hacia ese vertedero que ni los cerdos querrían para revolcarse en él.

martes, 10 de marzo de 2009

Tam #4

Si hubiésemos podido flotar cómodamente en aquella negrura, habriamos visto una pequeña nave avanzar lentamente por el espacio; pero no, no podemos, así que solo nos imaginaremos a la Firefly con su piloto automático, cubriendo una ruta poco transitada. En algún momento le habían pintado chapuceramente el nombre en un costado, y ahora mismo lo llevaba a la vista, en caracteres chinos: Diosa Friki.

En el interior de la nave la atmósfera era pesada, aburrida. Llevaban días y días de inactividad sin hacer nada más que esperar. Los partidos de aquel pseudobasket sin demasiadas reglas habían acabado hace tiempo, después de muchas peleas y algún que otro ojo morado; la baraja de cartas estaba tirada en un rincón, al lado del tablero de ajedrez y un par de comics; incluso el mismo aire parecía viejo y harto de ser respirado una y otra vez.

Tam estaba sentada en el raído sofá que habían rescatado de la basura e instalado en la bodega, con la tele delante; total, como dijeron mordazmente, no es que llevaran mucha carga. Con los pies en dos palés que hacian de improvisada mesa, se pintaba las uñas concentradamente de negro. Lender, al lado suya, le tocó el brazo con un pie.

-Me cagó en ti, que me salgo.-ni lo miró, ni el insulto tenia mucho ánimo.
-Ya te las pintaste ayer.
-¿Qué más quieres que haga?
-¿Algo útil, para variar?
-Habló. Ese piloto automático va a quitarte el puesto.
-No hay ni una puta roca que esquivar.-Lender tiró el cómic que había abandonado hacía un rato a la mesa.-Ya ni ver porno es entretenido.
-Pajillero.
-Estrecha.
-Tu madre.-Tam se miró las uñas con gesto crítico, por costumbre, aunque no tenían ni una raya despintada.
-Hey, par de vagos, hacedme sitio.-Drakar se acopló entre ellos y empezó un cansino zapping. El francotirador había dejado de ser novedad hacia tiempo; ya ni lo consideraban peligroso.
-¿Una partidita?-Elf apareció y recogió la pelota del suelo, para botarla un par de veces insinuante.
-Métete la pelota donde te quepa.-murmuró Tam, mirando ausente el techo.
-Buh.-Elf se sentó en la mesa y los miró.-Aburridos.
Los tres gruñeron a coro.

-Y la capitana ni siquiera sale de su camarote. Está aun mas harta que nosotros.
-Difícil es eso.
-Bah...

Todos se callaron. Tam tenía los ojos cerrados como para empezar a dormitar, pero ni siquiera tenía mucho sueño. El resto miraba al vacío.
En ese silencio solo roto por el zumbido natural de la nave, el ruido sonó mucho más estruendoso de lo que en realidad fue. Los cuatro tripulantes dieron un salto y se levantaron. Mal hecho: el ruido se repitió y la nave se inclinó subitamente: todos cayeron al suelo.

-¡Lender! ¿Qué coño esta haciendo tu piloto automático? ¿Hemos chocado?
-¿Y yo que se?
-¡Pues corre a mirarlo, tzao gao!
Todos se pusieron en pie sobre el suelo en pendiente con cuidado, las rodillas flexionadas, preparándose por si acaso. Lender salió corriendo a su sala de control y los demás lo siguieron como pudieron. Mei ya estaba allí, con su piloto, mirando por la ventana. Algo horrible ocupaba casi todo el campo de visión.
-¿Qué... qué es...?-Tam no pudo acabar su pregunta: un tentáculo verdoso golpeó la nave y tuvieron que sujetarse a lo que fuera.
-¡No sé! ¡No sale en el radar! ¡Ni en ningún sitio!-gritó Lender desesperado.
-No tiene forma fija...-murmuró Drakar mirando aquel "monstruo" hipnotizado.

Tenía razón. Una enorme masa informe había, de alguna manera, atrapado su nave, sin que en ninguno de los controles hubiera señal de alarma ni de daño. De un color entre verdoso y marrón, irisado, como cambiante, extendía unos tentaculos que parecían nacer a su voluntad. Y a pesar de los esfuerzos de Lender, la nave se dirigía inexorablemente hacia aquella masa, hasta que todo lo que vieron fue la mezcla de colores. Y luego, oscuridad, gritos, la nave sacudiéndose, los tripulantes volando por toda la sala de control. Finalmente todo se paró y una súbita luz iluminó la nave.

Por la ventana parecía verse un desierto. Un desierto azul. Tres tonos de azul y alguna salpicadura de rojo hasta donde alcanzaba la vista; la luz era una artifical luz blanca que parecía provenir de la nada.
-Ninguna señal de nada.-Lender miró todas sus pantallas.-Es como si la nave estuviera... apagada.
-Vamos a salir.-ordenó Mei.
Se armaron y prepararon en pocos minutos, como expertos que eran. Una pequeña sonda les indicó que el aire era respirable. Abrieron la rampa de la bodega y bajaron.
Efectivamente, era arena. El aire no olía a nada. El cielo era blanco, quizas con un levísimo matiz azul, y la luz uniforme lo cubría todo. El horizonte parecía uniforme y sin alteraciones. Los tripulantes de la Diosa se miraron, confundidos.

-Allí.-Señaló Drakar, frunciendo el ceño, intentando ver mejor. Una mancha oscuro al noroeste alteraba la uniformidad. No estaba demasiado lejos. Elf sacó unos prismaticos y miró un rato, sin decir nada.
-¿Qué?
-Es demasiado raro para decirlo en voz alta.-Mei miró ella misma.
-¿Un barco?
-¿Quieres decir una nave?-Lender parpadeó.
-No. -Tam miraba ahora.- Un jodido barco de los de agua, de los de mar de la Tierra.
-Si hombre, y yo soy un reaver.
-Mira tu mismo.
Tras comprobarlo todos nadie se atrevió a negarlo. La nave no respondía a nada, aunque todo parecía estar correcto, motor y batería y etc.
-Saquemos los karts.-No dejaron vigilancia. De alguna manera, todos sabían que no había peligro.

A medida que se acercaban, vieron claramente que era un barco, viejo pero intacto, como si hubiera sido sacado del agua en pleno uso y puesto allí. En lo alto de sus flácidas velas blancas, ondeaba una bandera negra, con un dibujo indistinguible. Y alguien les esperaba allí.

Se acercaron con recelo, enfrentándose poco a poco al otro grupo. Pero cual fue su sorpresa al encontrarse cara a cara con rostros conocidos: ellos mismos.
-Vaya.-graznó una Mei disfrazada de pirata de una manera muy real, mirando burlonamente a su doble.-Ha vuelto a pasar. En algún sitio muy lejano.
-¿Qué demonios...?-empezó Elf.
-El efecto Iluminada, colega.-le contestó el Elf pirata.- A esto lo llamamos el efecto Iluminada. Y a esto - abrió los brazos abarcando la extensión azul y blanca- Asterisco. Vuestro nuevo hogar.
Todos sintieron un escalofrío: sonaba muy, muy real.

-----
Yeah, matadme xDD El primero que se sienta ofendido por algo que borre el post, solo queria daros una sorpresa y quejarme un poco xdd