lunes, 2 de noviembre de 2009

Tam #6

Salí corriendo entre preocupada y aguantándome la risa. Llegué al cuarto donde estaban los plomos y bajé el de la habitación de la capi. Luego volví atrás.
La puerta por dentro se abría mediante recoocimiento de huella dactilar o código (que sabía poca gente aparte de la capi, asi que si entrabas a curiosear y se te cerraba la puerta te jodías hasta que volviera Mei, cosa bastante chunga.) Igual por fuera. Así, sin electricidad, sólo nos quedaba el método manual. De camino agarré mi manivela con encaje de llave Allen.

-Lo oigo gruñir.-anunció Lender sonriente.
-Si no quieres oírlo comer muy de cerca, Lender, cállate.
-¿Capitana? ¿Para que es esto?-Elf sujetaba su escoba y su pala con desconfianza.
-En un rato lo verás, de momento déjalo por ahí.

-¿Nudo corredizo, capitana?- Drakar manipulaba unas cuerdas bastante tochas.
-Sí, servirá. Tam, prepárate.

Encajé la manivela en su sitio. Sí que se le oía gruñir, sí. Alejé el cuerpo lo máximo posible de la puerta y esperé la orden. Drakar preparó el lazo cerca de la puerta. No me habría gustado estar dónde él.

-Abre un poco.-giré. El mecanismo, aunque algo oxidado, funcionó. Las puertas se abrieron un palmo pequeñito. Un morro peludo y con dientes, muchos dientes, asomó, con la lengua colgando.
-Brrr. - Lender le apuntó casi inconscientemente con el arma.
-Lo queremos vivo, Lender, ni se te ocurra.
-Si se me acerca le disparo, que no tenemos ni botiquín.

Drakar tragó saliva y acercó la cuerda. Abrí un palmo más. Sus ojos amarillos nos miraron con rabia desde la habitación oscura. Estaba armando un jaleo de cuidado, gruñendo y ladrando y haciendo ruidos de perro.
-Ahora, abre otro palmo y cierra medio. Como le pasen los hombros la liamos. - me ordenó Mei.

Respiré hondo, abrí un palmo grande, el bicho sacó su cabezota e intentó avanzar, cambié la dirección del movimiento y cerré. El animal retrocedió entre quejidos cuando algo le apretó los hombros, viendo que no podía avanzar, y se escurrió hacia dentro otra vez: se me había escapado.
-Tzao gao, Baby, afina más.
-Joder, esta mierda no es un instrumento de precisión exactamente...

Por suerte el bicho era tonto y volvió a asomar el morro. O tenía mucha hambre. Prefería pensar lo primero. Llamándole como a un cachorrito y acercando peligrosamente el palo de la escoba a la puerta, consiguieron enfadarlo bastante: tocaba intentarlo otra vez.

Abre. Sale. ¡Cierra! El animal volvió a retroceder entre quejidos, pero esta vez la puerta le había pillado bien en el cuello y no pudo escaparse. De hecho, creo que lo había asfixiado un poco. Seguramente habría logrado salir al cabo de un rato, pero Drakar le puso la cuerda y tiró del nudo.

-Hala, la mascotita ya tiene correa.-comenté.- Pero sigue teniendo dientes.

Y vaya dientes.

La capitana cogió otra cuerda más fina, y repitió el truco de Drakar en el hocico. No era muy definitivo, pero bastó para que entre Lender y Elf le ataran rápidamente las patas delanteras juntas antes de que se soltara, sin que les diera unos cariñosos besitos con marca. El perro cayó de morros desprovisto de dos de sus patas. Sujetaron las cuerdas como pudieron enrollandalas y atándolas al mismo bicho.

Abrí un palmo más y se repitió lo que se pudo con las otras patas antes de que huyera. El animalico parecía una salchicha, ahí todo enrollado con cuerdas, removiéndose como un diablo. La boca la tenía libre, pero por suerte no podía ponerse en pie, y todos sujetaban un extremo de las cuerdas para tirar y desequilibrarlo.

-Qué divertido. ¿Lo nombramos deporta tradcional de la nave?-gruñó Lender estirando para que no se levantara.
-Vamos a la bodega.

Nunca el camino hasta la bodega se nos había hecho tan largo. Arrastrando nuestro fardo y evitando los jodidos colmillos, lo llevamos hasta un rincón. No teníamos nada decente para hacer de jaula, asi que atamos las cuerdas que llevaba a distintos puntos de las asas de las paredes dispuestas para sujetar carga.

-Creo que nos denunciarán por maltrato animal.-dijo Elf acabando de asegurar la suya.
-Si llegan a denunciarnos por eso, antes nos habrán caído ya varios puros.-comenté, mirando el trabajo.
-¿Podrías ayudar, no?
-Y tú podrías ducharte y no te lo digo, Lender, querido.
-Zorra.
-Capullo.
-Bocazas, Baby, meteos vuestros insultos por agujeros oscuros. Esto ya está. Tam, ve a dar la luz otra vez.

Corrí a obedecer y luego a la habitación, justo cuando ellos llegaban. Mei abrió la puerta y gruñó.

-Esto está hecho una mierda y llena de pelo.-dijo recogiendo la escoba y la pala.-Eeelf, ¿sabes ya para qué quería la escobaa?
-¡Pero si los castigados eran Drakar y Lender!
-Oh, cierto, perdona, la costumbre... Aquí tenéis vuestro nuevo "deporte tradicional"- con una enorme sonrisa la capitana empujó a los dos chicos dentro de su cuarto.- Hala, a currar. Yo me voy al puente de mando a leer un rato y mirar que no pase nada.

Elf y yo, prudentemente, ya habíamos desaparecido.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Wiiiii!

me toca hablar con kikyo XD

Elfangor dijo...

... ¡tengo una idea! Kikyo es en realidad... ¡el perro! ¡Chan-chan! Soy un genio xDDDD

Pues a mí me ha gustado bastante el post xDDD Por un momento me preocupó que realmente me hicieras limpiar a mí, suerte que al final no xDDDD

Tam dijo...

lo iba a hacer, pero me acorde del castigo xDD Como Drakar te hizo traer la escoba a ti se me habia olvidado :P

Drakar Slithyan dijo...

En realidad le puse la escoba porque quería mandarle algo a todos y no se me ocurrían tantas cosas que hacer jeje
Quedó chulo xD

Kikyo dijo...

el perro elf? en serio quieres que sea un perro a la altura de la entrepierna de tu personaje? xD

Drakar Slithyan dijo...

Depende de lo que hagas en su entrepierna...

Lo siento, tenía que decirlo xD

Tam dijo...

era facil de pensar, pero conociendo a kikyo, seguro que algo doloroso xDDD

Tam dijo...

Meeeeeeeeeiiiiiiii.... (8)