martes, 10 de marzo de 2009

Tam #4

Si hubiésemos podido flotar cómodamente en aquella negrura, habriamos visto una pequeña nave avanzar lentamente por el espacio; pero no, no podemos, así que solo nos imaginaremos a la Firefly con su piloto automático, cubriendo una ruta poco transitada. En algún momento le habían pintado chapuceramente el nombre en un costado, y ahora mismo lo llevaba a la vista, en caracteres chinos: Diosa Friki.

En el interior de la nave la atmósfera era pesada, aburrida. Llevaban días y días de inactividad sin hacer nada más que esperar. Los partidos de aquel pseudobasket sin demasiadas reglas habían acabado hace tiempo, después de muchas peleas y algún que otro ojo morado; la baraja de cartas estaba tirada en un rincón, al lado del tablero de ajedrez y un par de comics; incluso el mismo aire parecía viejo y harto de ser respirado una y otra vez.

Tam estaba sentada en el raído sofá que habían rescatado de la basura e instalado en la bodega, con la tele delante; total, como dijeron mordazmente, no es que llevaran mucha carga. Con los pies en dos palés que hacian de improvisada mesa, se pintaba las uñas concentradamente de negro. Lender, al lado suya, le tocó el brazo con un pie.

-Me cagó en ti, que me salgo.-ni lo miró, ni el insulto tenia mucho ánimo.
-Ya te las pintaste ayer.
-¿Qué más quieres que haga?
-¿Algo útil, para variar?
-Habló. Ese piloto automático va a quitarte el puesto.
-No hay ni una puta roca que esquivar.-Lender tiró el cómic que había abandonado hacía un rato a la mesa.-Ya ni ver porno es entretenido.
-Pajillero.
-Estrecha.
-Tu madre.-Tam se miró las uñas con gesto crítico, por costumbre, aunque no tenían ni una raya despintada.
-Hey, par de vagos, hacedme sitio.-Drakar se acopló entre ellos y empezó un cansino zapping. El francotirador había dejado de ser novedad hacia tiempo; ya ni lo consideraban peligroso.
-¿Una partidita?-Elf apareció y recogió la pelota del suelo, para botarla un par de veces insinuante.
-Métete la pelota donde te quepa.-murmuró Tam, mirando ausente el techo.
-Buh.-Elf se sentó en la mesa y los miró.-Aburridos.
Los tres gruñeron a coro.

-Y la capitana ni siquiera sale de su camarote. Está aun mas harta que nosotros.
-Difícil es eso.
-Bah...

Todos se callaron. Tam tenía los ojos cerrados como para empezar a dormitar, pero ni siquiera tenía mucho sueño. El resto miraba al vacío.
En ese silencio solo roto por el zumbido natural de la nave, el ruido sonó mucho más estruendoso de lo que en realidad fue. Los cuatro tripulantes dieron un salto y se levantaron. Mal hecho: el ruido se repitió y la nave se inclinó subitamente: todos cayeron al suelo.

-¡Lender! ¿Qué coño esta haciendo tu piloto automático? ¿Hemos chocado?
-¿Y yo que se?
-¡Pues corre a mirarlo, tzao gao!
Todos se pusieron en pie sobre el suelo en pendiente con cuidado, las rodillas flexionadas, preparándose por si acaso. Lender salió corriendo a su sala de control y los demás lo siguieron como pudieron. Mei ya estaba allí, con su piloto, mirando por la ventana. Algo horrible ocupaba casi todo el campo de visión.
-¿Qué... qué es...?-Tam no pudo acabar su pregunta: un tentáculo verdoso golpeó la nave y tuvieron que sujetarse a lo que fuera.
-¡No sé! ¡No sale en el radar! ¡Ni en ningún sitio!-gritó Lender desesperado.
-No tiene forma fija...-murmuró Drakar mirando aquel "monstruo" hipnotizado.

Tenía razón. Una enorme masa informe había, de alguna manera, atrapado su nave, sin que en ninguno de los controles hubiera señal de alarma ni de daño. De un color entre verdoso y marrón, irisado, como cambiante, extendía unos tentaculos que parecían nacer a su voluntad. Y a pesar de los esfuerzos de Lender, la nave se dirigía inexorablemente hacia aquella masa, hasta que todo lo que vieron fue la mezcla de colores. Y luego, oscuridad, gritos, la nave sacudiéndose, los tripulantes volando por toda la sala de control. Finalmente todo se paró y una súbita luz iluminó la nave.

Por la ventana parecía verse un desierto. Un desierto azul. Tres tonos de azul y alguna salpicadura de rojo hasta donde alcanzaba la vista; la luz era una artifical luz blanca que parecía provenir de la nada.
-Ninguna señal de nada.-Lender miró todas sus pantallas.-Es como si la nave estuviera... apagada.
-Vamos a salir.-ordenó Mei.
Se armaron y prepararon en pocos minutos, como expertos que eran. Una pequeña sonda les indicó que el aire era respirable. Abrieron la rampa de la bodega y bajaron.
Efectivamente, era arena. El aire no olía a nada. El cielo era blanco, quizas con un levísimo matiz azul, y la luz uniforme lo cubría todo. El horizonte parecía uniforme y sin alteraciones. Los tripulantes de la Diosa se miraron, confundidos.

-Allí.-Señaló Drakar, frunciendo el ceño, intentando ver mejor. Una mancha oscuro al noroeste alteraba la uniformidad. No estaba demasiado lejos. Elf sacó unos prismaticos y miró un rato, sin decir nada.
-¿Qué?
-Es demasiado raro para decirlo en voz alta.-Mei miró ella misma.
-¿Un barco?
-¿Quieres decir una nave?-Lender parpadeó.
-No. -Tam miraba ahora.- Un jodido barco de los de agua, de los de mar de la Tierra.
-Si hombre, y yo soy un reaver.
-Mira tu mismo.
Tras comprobarlo todos nadie se atrevió a negarlo. La nave no respondía a nada, aunque todo parecía estar correcto, motor y batería y etc.
-Saquemos los karts.-No dejaron vigilancia. De alguna manera, todos sabían que no había peligro.

A medida que se acercaban, vieron claramente que era un barco, viejo pero intacto, como si hubiera sido sacado del agua en pleno uso y puesto allí. En lo alto de sus flácidas velas blancas, ondeaba una bandera negra, con un dibujo indistinguible. Y alguien les esperaba allí.

Se acercaron con recelo, enfrentándose poco a poco al otro grupo. Pero cual fue su sorpresa al encontrarse cara a cara con rostros conocidos: ellos mismos.
-Vaya.-graznó una Mei disfrazada de pirata de una manera muy real, mirando burlonamente a su doble.-Ha vuelto a pasar. En algún sitio muy lejano.
-¿Qué demonios...?-empezó Elf.
-El efecto Iluminada, colega.-le contestó el Elf pirata.- A esto lo llamamos el efecto Iluminada. Y a esto - abrió los brazos abarcando la extensión azul y blanca- Asterisco. Vuestro nuevo hogar.
Todos sintieron un escalofrío: sonaba muy, muy real.

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Yeah, matadme xDD El primero que se sienta ofendido por algo que borre el post, solo queria daros una sorpresa y quejarme un poco xdd

5 comentarios:

Unknown dijo...

O_O

vale, capto la indirecta.La diosa friki está en el limbo...okas...y ahora como se supone que continúa esto? Crossover? XDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Elfangor dijo...

Lo ha hecho el Dr. Manhattan.

Mmm... bueno, la solución es fácil, siempre se puede decir que es un sueño. Un fallo en el sistema de ventilación ha enrarecido el aire y nos ha dejado a todos inconscientes.

Yo ya dije en su momento que a mí me apetecía hacer un rol de ciencia-ficción de corte realista, dentro de lo que la ciencia-ficción permite, pero si queréis volver a meter magia y universos alternativos, yo me adapto.

Aunque poner detalles del plan "todos hemos tenido el mismo sueño donde eramos una tripulación en el pasado" es interesante. Le da el toque de "estábamos destinados a estar juntos" a la vez que no desvirtua el realismo de la historia.

Una semana sin casi tocar un teclado, que mono tenía, oye xDDDD

Tam dijo...

si alguien se decide a continuarlo, la solucion de Elf esta guay. Un sueño, o un virus o un veneno si quiere seguirse retorciendo, o algo. Sé que queria ser serio, pero es que ahora no habia ni seriedad ni humor, no habia nada, y me ha apetecido comparar con lo que le paso a la otra Diosa xDD

Esperaba que gritarais "no estan muertas!" abrazad@s a las dos Diosas en miniatura xdd

Elfangor dijo...

No están muertas.

Están en estasis criogénica.

Kikyo dijo...

Realmente terminare mal por leer todo esto..