jueves, 26 de marzo de 2009

Elfangor #5

Tras días y días y días... y días y días y días... y quizá algunos días más, de aburrimiento, por fin tenemos un trabajo. ¿Y qué es lo que sale? Un trabajo de MIERDA. Y esta expresión es un jodido eufemismo. Un trabajo en un estercolero. Y no me refiero a uno de esos barrios bajos llenos de la escoria de la sociedad, no... ¡a un jodido estercolero! ¡Lleno de mierda! ¡Mierda pura! ¡Excrementos, caca, guano, boñiga, heces, defecaciones, pura mierda! Mieeeeeeeeeeeeeerda. ¿He dicho ya mierda? Mierda.

Tenemos que atravesar un océano de mierda, hasta llegar a una nave estrellada(su puta madre, ¿a quién se le ocurre estrellarse ahí? ¡Estréllate contra una jodida montaña, ostias! Morir es mejor que aterrizar en mierda, digo yo), porque la señorita capitana no quiere que se le ensucie la nave. Nos ha salido delicada la jodía. Aunque en parte mejor, seguramente me tocaría a mi limpiarle los bajos a la carcasa esa.

- Ey, tú- le digo a Lender-. ¿Me prestas unos pantalones?
- ¿Por? ¿No tienes?
- Sí, pero no quiero tener que meterlos "ahí".
- Que te den.
- Ey, ¿por qué te quejas? Tú eres el capullo que va a quedarse aquí vigilando la nave.
- Ah, haber aprendido a pilotar.
- Sé pilotar.
- Hacer que la capitana casi se rompa la crisma y casi estrellar la nave no es saber pilotar.
- Te lo ha contado, ¿eh? No, en serio, los pantalones...
- Te jodes.
- Esta te la guardo.

Total, que nos bajamos de la nave. Mierda hasta las rodillas. Me cago en...

- Despega mi nave ahora mismo y mantente en orbita y alerta por si te necesitamos,no quiero que mi nave pase en este planeta ni un segundo mas del necesario- le dice Mei a Lender por el intercomunicador. La nave se aleja. Y se aleja. Y se aleja. Hijo de, se ha puesto en órbita de verdad, este va a tardar media hora en venirnos a buscar. Como haya algún problema... Bueno, siempre puedo usar a esta peña de escudos.
- ... Oye, ¿y por que no íbamos con la nave hasta la lanzadera estrellada, y bajábamos con cuerdas? Al menos no tendriamos que andar hasta allí.
- ... ¿No podrías haberlo dicho antes?
- ... En realidad, me apetecía verte rodeada de mierda- respondo, con una sonrisa.
- ¡Serás...!- Mei se acerca a mí, pero entre Tam y Drakar la sujetan.
- Espera capitana, mejor no hagas movimientos bruscos, a ver si vas a resbalar y caer de morros en... esto- dice Drakar.
- Oh, vamos, no se lo digas, es lo que estaba esperando.
- Grmf, está bien, mejor será que vayamos tirando antes de que muramos asfixiados- concluye Mei, girándose y empezando a andar.
- Oh, y vendimos las cuerdas para comprar comida, así que tampoco podríamos haberlo hecho.
- ¡Que te calles y andes!

Un poco más animado, empecé a andar detrás de ellos. Prefería no perder de vista a Drakar. Puede que ya no le tuvieramos encerrado, pero seguía sin fiarme un pelo de él. El viaje se nos hace largo, así que ocurre lo que tiene que ocurrir...

- Este trabajo me HUELE MAL...- comenta Tam.
- Sep, nada bueno puede venir de un MIERDAS como Frank- siguió Drakar.
- Cierto, siempre acabamos PRINGADOS con sus trabajos- continuo.

Mei se gira de repente y me apunta con su pistola. ¿Por qué a mí y a no a los otros dos? Esto me parece injusto.

- ¡Que os calléis de una maldita vez! ¡U os mataré y dejaré vuestros cadáveres aquí! No creo que nadie venga a buscaros.
- Mejor espera a que hayamos vaciado la lanzadera. Te costará hacerlo sola. Mira, ya hemos llegado- digo, señalando tras de ella.
- ¿Qué? ¡Oh, perfecto! A ver si acabamos ya con esto- enfunda el arma y se pone a andar con renovadas energías. Salpicando a su alrededor. Argh.

- ¿Crees que lo habría hecho?- me pregunta Tam.
- ¿El qué? ¿Matarnos? Probablemente- contesto, encogiéndome de hombros-. Tú procura distraerla con algo que despierte su avaricia, y se olvidará.
- ¿Funciona?
- El 100% de las veces que lo he intentado.
- ¿Cuantas veces lo has intentado?
- ¿Contando esta? Una.
- Estás loco.
- Dijo la que está caminando por un mar de mierda.

Conversaciones estúpidas para olvidar que paseábamos por eso que no llamaré ni sitio. Porque era el jodido infierno. El infierno de la peste. Por fin llegamos al lado de la lanzadera.

- ¿Y cómo la abrimos?- pregunta Drakar- ¿Le damos con el soplete?
- ¿En un mar de putrefacción? Se inflamaría el metano y moriríamos todos fijo- contesto.
- No sé yo...- murmura Mei- Pero mejor no comprobarlo. Trae la palanca.
- ¡Ey!- nos avisa Tam- Que la puerta está abierta.
- ... Tendrían prisa por salir de aquí los pilotos- comenta Drakar.
- Oh, vaya, me pregunto por qué. En fin, que tenemos que coger.
- No sé, Frank no me lo ha dicho. Entremos a ver que hay en la bodega.
- Esperemos que algo pequeño. Sin la mula, no sé como nos lo llevaremos todo si hay cajas pesadas...

Dicho esto, nos introducimos en la nave. Con la puerta abierta, el pestazo se había metido dentro, así que ni ahí podriamos quitarnos las máscaras. Me fui para un lado, hasta que encontré el cuadro de comandos de la bodega. Encendí las luces.

2 comentarios:

Unknown dijo...

esto me da un tufillo que...

Tam dijo...

los comentarios son lo mejor xdd Por toro lado, tu pj es cada vez mas chulo, Elf xD